La selección española de balonmano tratará de resarcirse de su ausencia de los pasados Juegos Olímpicos de Río con una medalla en el Mundial, que arranca hoy en Francia, y que pondrá el punto de partida al ciclo del técnico Jordi Ribera al frente del equipo español. Un campeonato en el que, una vez más, habrá representación del balonmano zamorano, en esta ocasión por partida doble.

El relevo en el banquillo español profundizará en las esencias de un estilo de juego de los "Hispanos", un conjunto fiable y regular en este tipo de torneos como demuestra su presencia en la semifinales de los tres últimos Mundiales y Europeos.

Carente de un gran lanzamiento exterior, ya que ni Iosu Goñi ni Alejandro Costoya -novedades para esta cita- parecen ser los "cañoneros" que ansía desde hace años el equipo español, la selección española sustentará sus opciones de podio en la variedad y riqueza táctica de su juego.

Una faceta en la que jugará un papel fundamental, por lo visto durante la fase de preparación, Daniel Sarmiento, que a sus 33 años gozará por primera vez en un gran torneo internacional de los galones que ha carecido en anteriores compromisos. La visión de juego del central canario debe potenciar la fluidez ofensiva de España, que merma cuando Cañellas ocupa dicha posición y para la que preocupan los problemas físicos que arrastra Entrerríos, motivo por el que Ribera a viajado a Francia con 17 jugadores, uno más de los necesarios.

Una plantilla en la que volverá a destacar la presencia del pivote Julen Aginagalde, que contará en esta ocasión con un recambio de garantías en ataque gracias a la presencia de Adriá Figueras, uno de los seis debutantes españoles en una cita mundialista.

El portero Rodrigo Corrales, los extremos Ángel Fernández y David Balaguer, así como los ya mencionados Goñi y Costoya se estrenarán en Francia con los "Hispanos" en una gran campeonato internacional, claro ejemplo del relevo generacional que ha puesto en marcha Jordi Ribera.

Novedades que no han mermado otro de los puntales del equipo español, la solidez defensiva, que junto con el juego de contraataque deberán ser dos de las armas que permitan a España pelear por la primera plaza del grupo B, que se disputará en la ciudad de Metz.

Una primera fase en la que España, vigente subcampeona de Europa, se medirá con Islandia, que afronta el Mundial pendiente del estado físico de su gran estrella, Aron Palmarsson, Túnez, donde destaca la presencia del barcelonista Wael Jallouz, Angola, Macedonia, con el cañonero Kiril Lazarov, y Eslovenia.

Precisamente, el conjunto esloveno, verdugo de la selección española en el preolímpico y que no contará con Zorman ni Bombac, se perfila como el principal rival de los "Hispanos" por un liderato de grupo, que tendrá como premio evitar a Francia, la gran favorita al oro, hasta la final.

Además de España, los seguidores zamoranos estarán pendientes en esta ocasión de otros dos combinados. Chile, con la que jugará el extremo del MMT Seguros Sebastián Ceballos y en la que estarán también los expistacho Salinas y Reyes; y Argentina, combinado en el que está el zurdo de los "Guerreros de Viriato" Fafa Cangiani.

Chile, encuadrada en el Grupo C, tendrá como rivales a una de las favoritas al título como es Alemania, así como a las peligrosas Croacia y Hungría, completando la lista de rivales Arabia Saudí y Bielorrusia.

Por su parte, Cangiani y el resto de la albiceleste buscarán un puesto en la siguiente fase desde el Grupo D, con Catar como presumible líder de una liguilla en la que Suecia y Dinamarca destacan sobre el resto de contendientes que son Egipto y Baréin.