El Santa Marta, que llegaba invicto al Luciano Rubio, hincó ayer por primera vez en esta temoprada la rodilla en el Luciano Rubio, campo de un Benavente que se impuso (1-0) a los charros gracias a su gran trabajo defensivo a pesar de las numerosas bajas con las que afrontaba el envite.

A pesar de la dificultad del choque, los de Redondo no se arrugaron en ningún momento. Arrancaron el duelo con firmeza e hicieron valer la tela de araña dipuesta por los "tomateros" sobre el campo, que impedía a los visitantes gozar de ocasiones en unos primeros minutos sin claro dominador.

No se había alcanzado el cuarto de hora cuando llegó la primera gran ocasión para los locales. Castaño fue objeto de un claro penalti que el mismo se encargó de ejecutar, enviando el cuero por encima del larguero. Fue la única gran oportunidad que hubo en una primera parte en la que el trabajo tanto de Luceño como de Manu se limitó a interceptar alguna que otra jugada a balón parado.

Tras el descanso, el Santa Marta regresó más entonado y en solo tres minutos hizo más que en todo el primer acto. Fue el tiempo que tardó en poner a prueba a Luceño, que evitó con el pie bajo palos un gol cantado.

Pese al susto, el Benavente siguió a lo suyo. Controló a su rival con astucia y fue acercándose poco a poco a la victoria generando nuevas ocasiones como la que tuvo que evitar Manu en una gran falta ejecutada por Cobreros.

El partido ganó en viveza, como demostró la ocasión de Manu González, el más incisivo de los visitantes, en el minuto 63. El delantero remató en el área pequeña pero no pudo inaugurar el marcador al chutar demasiado arriba.

La entrada de Rodrigo al terreno de juego dio al Benavente ese punto más de presión que necesitaba para ganar el envite. Precisamente, un robo de balón suyo originó el 1-0, obra de Castaño con un potente disparo tras un buen pase de su compañero.

Tras el gol, los salmatinos estiraron líneas para buscar la meta de Luceño pero solo alcanzaron a colgar balones sobre el área "tomatera", bien poblada por una zaga local siempre atenta para evitar cualquier peligro.

Redondo dio entrada en los últimos minutos a un "tocado" Josemi y al juvenil Diego, que aportaron el esfuerzo suficiente para certificar un triunfo de prestigio para el Benavente en un duelo con tenso final tanto en el campo como en la grada por parte visitante.