De todos es sabido que en este tipo de partidos poco importa la clasificación pues un derbi es un derbi y así lo demostraron ayer el CD Benavente y el Zamora B, que se repartieron los puntos en un partido con escaso fútbol.

La igualdad tanto en el juego como en las ocasiones fue total en la primera parte, quedando como meros espectadores del partido los porteros de ambos equipos con apenas trabajo.

El respeto que se mostraron los dos equipos quedó patente con esta carencia absoluta de ocasiones, lógico al intentar ambas escuadras buscar siempre el balón en largo cuando llegaba a sus pies.

Bajo este guión se desarrolló la primera mitad, que terminó con 0-1 en el marcador, que llegó en la única ocasión clara del filial zamorano aprovechada por Yuberth, quien tras recibir un pase al hueco a la espalda de la defensa superó con una vaselina la salida de Luceño.

En la segunda mitad, los" tomateros" salieron dispuestos a remontar y gozarían en los primeros minutos de un par de ocasiones para empatar el duelo pero tanto Jesús como su defensa estuvieron acertados.

Pero este arranque tuvo su premio en la mejor jugada del partido, la del empate a uno, en la que el Benavente movió el esférico rápido y al primer toque para que Robles habilitara a Berodas y este, con un hábil tiro cruzado, hiciera el 1-1.

Fue muy importante la entrada en el campo de Mario Mateos en el campo para los locales que con su velocidad conseguir desbordar a la defensa zamorana pero al Benavente le faltaba el acierto para rematar estas ocasiones creadas. Oportunidades a las que respondió el Zamora B en un mano a mano de Yuberth que Luceño atajó en primera instancia y cuyo rebote despejó la defensa bajo palos.

Con más intensidad y dinamismo en el juego, la segunda parte contó con llegadas a una y otra área. Faltaba ver quien acertaría primero, y ese fue el Benavente. En el minuto 76 Berodas era objetivo de una falta en el área y transformaría el penalti para consumar la remontada local.

El Benavente estaba cuajando su mejor juego pero la lesión de Josemi, ya con los cambios hechos, le dejaría frío. El defensa aguantó sobre el campo mostrando bravura pero el susto y la reacción zamorana al 2-1 acabó teniendo su efecto en el marcador.

Cuando el partido se encaminaba a su fin, Ioritz, canalizador del juego visitante, recibió un balón por detrás de la defensa y con un tiro cruzado hizo el definitivo empate (2-2).

Un reparto de puntos un reparto de puntos que deja más contentos a los visitantes que al equipo local, que había acariciado el triunfo ante uno de los equipos importantes de la categoría. Un empate fruto de una segunda mitad que rompió algo con el tedio del primer acto. Ya que, pese a no ser un tiempo para enmarcar, al menos resultó vistosa para el espectador y cumplió con las expectativas que se tienen de un derbi.