Ayer, domingo, se cumplieron 25 años del fantástico gol de Bakero al Kaiserslautern. Seguro que los culés más veteranos lo recuerdan bien. Octavos de final de la Copa de Europa. Queda un minuto para el fin y el Barça está a punto de caer eliminado. Casi a la desesperada, Koeman lanza una falta bombeada y, en el área alemana, aparece de no se sabe muy bien dónde Bakero, que, no se sabe muy bien cómo, remata de cabeza rodeado de jugadores alemanes. Gol. Ese gol imposible, fuera del estilo del inolvidable "Dream team" permitió que el Barça se plantara en la final de Wembley para ganar su primera Copa de Europa. El gol de Bakero cambió la historia del Barça. Y esto nos lleva al partido Manchester City-Barça de la pasada semana, de triste recuerdo tras el meneo que nos dio el equipo de Guardiola en la segunda parte.

El estilo es el estilo, pero hay veces en que el estilo es un lastre que hay que soltar. Nuestro Barça juega con ese estilo que implantó Cruyff, desarrolló Guardiola, matizó Vilanova, se cuestionó con Martino y perfeccionó Luis Enrique, pero si un equipo como el City nos complica la vida y el estilo, no tendría que haber problema en cambiar la vida y el estilo. Como decía Groucho Marx, estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros. Hay que empezar cada jugada desde atrás, tocando el balón y combinando con delicadeza. Vale. Pero si no se puede porque los tipos del City nos están presionando bien y sin desmayo, hay que cambiar de principios. No soy Cruyff, ni Guardiola, ni Luis Enrique, pero voy a ofrecer al Barça una innovación técnica que puede resultar muy útil en partidos como el de Manchester. Se llama "Patadón a donde salga", y consiste básicamente en que un defensa o el portero envíen la pelota a casa su madre cuando la presión del rival es insoportable. Patapum p'arriba, que diría Clemente. Sí, qué pasa. Bakero dice que la jugada que terminó con su cabezazo salvador en Kaiserslautern no estaba ensayada, sino que él y Koeman actuaron por puro instinto. ¿Traicionó el "Dream team" su juego con ese centro bombeado al área rival para que quien pueda haga lo que pueda? Pues no. ¿Un buen patadón de Mascherano o de Ter Stegen para evitar la presión del rival convierte al Barça en la selección de Irlanda del Norte? Pues no. ¿Se pueden mantener los principios renunciando de vez en cuando a esos principios? Pues sí.

"Patadón a donde salga" cuando las circunstancias lo exijan. Bakero y Koeman estarían de acuerdo. Los culés estaríamos de acuerdo. Y, lo que es más importante, Groucho Marx estaría de acuerdo.