Un grupo de ultras del Legia de Varsovia sembraron ayer el caos en los aledaños del Santiago Bernabéu antes del partido, con lanzamientos de botellas, agresiones a varios policías, bengalas y ataques con gas pimienta.La Policía cargó a caballo y con lanzamiento de pelotas para calmar una situación que no fue a más por la rápida intervención de los agentes. Dos policías y siete ultras polacos resultaron heridos y tuvieron que ser atendidos con heridas leves. Uno de los aficionados, con la cabeza abierta, necesitó un collarín, mientras que otro sufrió una fractura en una mano.

Posteriormente, con el partido iniciado, cerca de 500 ultras sin entrada se quedaron fuera del estadio y volvieron a protagonizar nuevos altercados con la Policía, que pudo controlar a los aficionados del Legia Varsovia con tres anillos policiales alrededor del estadio. El lunes por la noche, tres ultras polacos fueron detenidos por destrozos en un bar.

Por otra parte, Modric prolongó ayer su contrato con el Madrid hasta 2020.