Derrota contundente de un Villaralbo irregular que, con 3-0 en contra volvió del descanso dispuesto a remontar pero, con el 3-2, se vino abajo y cayó ante un Real Ávila que no dudó en golear a los azulones (6-2).

El Villaralbo saltó al campo dispuesto a presionar alto. Como se vería poco después tenía su razón de ser, aunque de inicio lo pagó. Tres toques valieron para romper el sistema y que llegara el primero para los abulenses, a los once minutos, con un tanto de VIla que anotó a puerta vacía tras superar a un David que se fue al suelo demasiado pronto.

A los veinte minutos, el Villaralbo sufría un nuevo golpe, y es que Iván Vila ya tenía su doblete. Un Javi de Mesa que se lucía se fue de Dani por velocidad y su centro lo remataba en plancha Vila para poner el 2-0.

Los zamoranos tenían la pierna demasiado floja en defensa. De Mesa ponía en evidencia una y otra vez a la zaga visitante y cerca estuvo de llegar el tercero antes de la media hora de jueg. Un gol que llegó a cinco minutos para el descanso, tras una buena ocasión visitante firmada por Magui. En este caso, Ramiro volvió a poner en evidencia a los centrales -Juanito y Juba- con un pase entre ambos que dejaba a De Mesa solo ante David. Nuevo mano a mano ante el portero zamorano y, de nuevo, gol. Era el minuto 40 y los encarnados ya miraban al descanso con un 3-0 reconfortante. O al menos era lo que parecía.

Todo parecía decidido pero siete minutos de juego de la segunda parte le bastó al Villaralbo para recomponerse y meter miedo a un Real Ávila conformista.

Tras un comienzo excepcional en la segunda mitad, corría el minuto 52 y el Villaralbo puso un interesante 3-2 en el marcador con toda una segunda parte por jugar.

A pase de Jesús, que había ingresado en la primera mitad por el lesionado Denis, Raúl Calvo hacía el 3-1 con un disparo cruzado al palo contrario de Julen. El gol enmudeció al estadio, que ya mascullaba lo siguiente. Y lo siguiente fue el 3-2. Apertura a banda izquierda de Jesús, entrada en solitario de Calvo y pase al área para Magui. Esta vez no hubo regates ni florituras. Disparo fuerte y seco que se colaba entre las piernas de los defensores para hacer el 3-2. No había pasado mucho tiempo y los zamoranos estaban dispuestos a dar mucha guerra y a incomodar a un Real Ávila que se las prometía felices al término de los 45 minutos.

Con el 3-2 en el marcador, el encuentro entró en una fase de descontrol en la que los papeles parecían haberse intercambiado y, si bien los abulenses eran los que se divertían en la primera mitad, ahora era el Villaralbo quien parecía estar cerca de la igualda.

Estaba en letargo el Real Ávila y despertó de la mano de Rubén Ramiro y De Mesa. Cuando los buenos se encuentran el resultado no puede ser otro que el que fue. Iván no llegó a engancharla cuando la buscó de cabeza, Roa la mandó alto y De Mesa se dio cuenta cuando remató que debía haberla dejado pasar. Todas llegaron de los pies de Rubén Ramiro. El Villaralbo volvía a sufrir en defensa ante un Real Ávila que volvía a encontrar espacios en ataque y ponía en jaque a un conjunto zamorano que estaba al borde del milagro.

No obstante, se pasó del 3-3 al 4-2. Los visitantes sufrieron con un Rubén Ramiro que estuvo en todas y un Javi de Mesa que volvería a golpear a los visitantes. El talentoso jugador local recibió un balón de Ramiro y definió con un toque colocado a la base del poste. La rosca alejó el cuero de las manos de David y acercó al Ávila al cuarto. Era el 74' y con el 4-2, el público local resopló junto al Ávila ante un Villaralbo que había estado cerca de empatar y que ahora se le iba el partido. Cuatro minutos después llegó al 5-2. Juanito hizo un penalti que se pudo haber ahorrado fácilmente y permitió a Vila hacer su hattrick particular. La victoria local estaba asegurada, pero los abulenses quisieron sentenciar al Villaralbo con un sexto gol obra de Vila, que hizo el cuarto en su cuenta particular.

Con el sexto, sólo quedaba esperar al pitido final. Ni descontó el colegiado. Fue lo mejor para un Villaralbo que además quedó con diez por lesión de Guille y regresa al puesto de colista.