En esta ocasión no se le puede poner ni una sola excusa a la merecida derrota que encajó ayer el Atlético Benavente-Vilken Mañanes frente al Albense de Chema Sánchez que fue superior de inicio a fin al equipo benaventano en este inicio de Liga.

Los visitantes ganaron táctica y físicamente a los blanquiazules que no supieron jugar a un rival con tanta intensidad y cayeron en el estreno liguero.

Bien es cierto que la suerte les fue desfavorable a los de Santi Calero, pues hasta en dos ocasiones los poste repelieron las oportunidades, incluida una magnífica de Oli que desde su propia pista lanzó un disparo a la cruceta. Les bastó a los del Albense con una férrea defensa sin apenas faltas y una contra para ponerse por delante en la Rosaleda, mientras que los locales se cargaban de faltas y se pusieron con cinco antes del minuto diez. Con un lanzamiento desde los 10 metros llegó el segundo gol en contra, con Tomy bajo palos al sustituir a Michi lesionado.

Esperanza desvanecida

El tanto de Jorge a escasos segundos de la reanudación daba algo de esperanza al equipo benaventano, que pese a no jugar bien aun tenía posibilidades de recuperarse. Metiendo intensidad y rapidez este inicio de la segunda fue de o poco salvable del los locales.

El tercer gol del Albense rompía el partido, un golazo de Sergio que se inventó un zurdazo por la escuadra y por el palo corto ante el que nada puede hacer Tomy. Desde ese momento fue un monólogo de los salmantinos que jugaron a placer e incrementaron su ventaja ante un Atlético Benavente que estaba noqueado.

A la desesperada se trataba de acortar distancias con portero-jugador y los últimos minutos fueron de asedio local aunque inútil, con un Javi Santos espectacular, que salvó un par de goles cantados.

Por tanto fue un mal inicio de curso para el Atlético Benavente en Segunda División B que ayer se veía absolutamente superado por su rival. La parte más positiva del encuentro fueron las gradas de la Rosaleda y con un público local entregado a los suyos aunque no pudo celebrar un triunfo que tendrá que esperar, como mínimo, una semana más.