El ciclista Carlos Coloma logró ayer por sorpresa una medalla de bronce llena de casta en la prueba masculina de mountain bike de los Juegos Olímpicos de Río, lo que supuso la decimoséptima y última medalla de la delegación española en esta edición.

La medalla de oro fue para el suizo Nino Schurter, subcampeón olímpico en los Juegos de Londres y bronce en los de Pekín, mientras que el ganador en la cita británica, el checo Jaroslav Kulhavy, se hizo con la plata.

Esta es la tercera medalla olímpica del ciclismo nacional en la categoría de bici de montaña tras el bronce de Marga Fullana en Sydney 2000 y la plata en Atenas 2004 de José Antonio Hermida, decimosexto ayer. David Valero, campeón de España de la disciplina, fue noveno y arañó el diploma olímpico.

Desde el inicio de la carrera el Schurter se postuló como claro candidato a la medalla de oro tras verse favorecido por los problemas de grandes rivales como el doble campeón olímpico en Atenas y Pekín, el francés Absalon, que sufrió un pinchazo del que se recuperaría cuando la fuga, con Coloma incluído, estaba ya montada.

A la conclusión de la segunda vuelta al circuito, Nino Schurter y Carlos Coloma se mantenían líderes con una ventaja de 5 segundos sobre Kulhavy mientras que Braidot y Marotte se descolgaban y quedaban a 12 de la cabeza.

Intensa pelea fue la que mantuvieron acto seguido Kulhavy, Schurter y Coloma que intercambian posiciones continuamente hasta que finalmente el suizo y el checo se escaparon.

La quinta vuelta fue clave para los líderes ya que el oro quedaba claro que iba a disputarse entre ellos. Coloma por su parte, se centraba en la pelea por la tercera plaza con el francés Marotte, a 22 segundos del grupo cabecero.

En la sexta, misma tónica con Shurter y Kulhavy líderes y Coloma y Marotte en la lucha por el bronce aún más alejados de la cabeza, a 35 segundos.

Y fue en mitad de la sexta vuelta cuando Schurter decidió iniciar su escapada hasta aventajar al checo en unos 13 segundos que se convertirían en 33 cuando se llegaba al último paso por la línea de meta. Una diferencia insalvable que le otorgó el oro.

Mientras, más atrás, Coloma se iba distanciando de Marotte, que enfiló en solitario la línea de meta para aventajar en diez segundos al francés al cruzar la meta en 1h34:51, tiempo que le otorgó un bronce que celebró con pases toreros y cogida de huevos a la llegada así como con lágrimas en el podio.