Los alpinistas de la Agrupación Montañera Zamorana, Ramón Cifuentes, Fernando Casquero y Jorge Manrique lograron escalar con éxito la cara norte del Petit Dru, una de las cumbres más emblemáticas de los Alpes. El recorrido que eligieron destaca por su verticalidad, por su longitud, por su belleza y por su compromiso tanto en la propia escalada como en el descenso.

El trío zamorano, aprovechando el buen tiempo que tuvieron al llegar a Chamonix, decidió afrontar está escalada, aunque lo hizo con dudas por la nula información de repeticiones de la vía.

Para ello, el 18 de julio, primer día de la expedición en los Alpes, se aproximaron a su objetivo desde Grand Montets por un terreno complicado con nieve en malas condiciones, cruzando el glaciar del Nant Blanc que les llevó a la base del Dru. Allí pasaron su primera noche al raso a 2.800 metros. En el segundo día hicieron frente a la primera parte de la ascensión, una parte muy técnica debido a los diferentes tipos de terreno. Las caras nortes son difíciles de escalar aún cuando están en condiciones idóneas. Suelen presentar ambientes muy variables y prácticamente no les da el sol en todo el día, además, cuando hay borrasca suelen cargarse de nieve. A esta dificultad hay que añadirle que cada escalador cargaba con 10 kilos de peso.

Poco a poco avanzaron metros hacia la cumbre dejando a su paso lugares emblemáticos de la subida. Tras 18 horas de escalada y a la luz de la luna, la expedición zamorana alcanzó una repisa donde pasarían la segunda noche, a poca distancia de la cima.

La estrategia durante la ascensión fue la misma que han utilizado en otras grandes escaladas. Para minimizar la pérdida de tiempo, se fueron alternando los largos de dos en dos y cuando las condiciones lo permitieron avanzaron en ensamble.

Con las impresionantes vistas del valle de Chamonix, los escaladores volvieron a emprender la ardua tarea de la subida el día 20 de julio, tercer día de la expedición, para afrontar los últimos suspiros de la ascensión para coronar con las primeras luces del día el Petit Dru. El descenso les llevó a desplazarse hasta el glaciar de la Charpoua, para ello tuvieron que ir por la vertiente sur del Grand Dru en un terreno nevado e inestable. El regreso a Chamonix les llevó otras 18 horas de aventura y 2.800 metros de desnivel negativo.

El equipo formado por Cifuentes, Casquero y Manrique pudo cumplir con las expectativas sin muchas complicaciones y ya están pensando en cuál será el próximo reto.