Es para estar más que satisfecho. Los resultados alcanzados por el atletismo español en el Europeo de Ámsterdam significan la recuperación de una especialidad deportiva que parecía acusar demasiado la crisis económica que llevó en los últimos años a la supresión de ayudas a los atletas, la falta de recursos en nuestros clubes o las dificultades económicas de los órganos federativos.

No ha sido ningún milagro, ha sido la labor de los magníficos entrenadores que existen en nuestro país y que, con los mínimos recursos, mantienen unas canteras inagotables como son las que dirigen Serrano, Villacorta, Burón, o sin ir tan lejos: Carmelo Alonso y Sebas Díez, en Toro.

La política de recortes que también afectó a nuestro atletismo puso en peligro la supervivencia del "deporte rey", pero nuestros técnico salieron al paso y conservaron e incluso incrementaron la relación de grandes atletas que han mantenido el tipo de España en las competiciones internacionales.

Ahora bien, no nos dejemos engañar por esta efusión de medallas en un Europeo de Ámsterdam en el que, por ejemplo, no ha estado una superpotencia como es Rusia; no olvidemos que en las filas de la Selección Española hay un porcentaje altísimo de atletas no nacidos en nuestro país; y pensemos que la Federación Española se encuentra a las puertas de las elecciones que pueden suponer un cambio radical respecto al larguísimo período en el que Odriozola ha estado al frente del atletismo español.

Esta euforia que vivimos con las ocho medallas de Ámsterdam no nos puede hacer ignorar que en los Juegos de Río de Janeiro, las cosas van a ser bien distintas pese a que volveremos a contar con la inagotable fuente de medallas que es la marcha, ausente en el Europeo que ayer finalizó.

Tendremos que seguir confiando en los marchadores y en la infalible Ruth Beitia que no para de acumular medallas y títulos y llegará a Río de nuevo como una de las favoritas al oro. Habría que contar también con el hispanocubano Orlando Ortega que no ha corrido en Ámsterdam los 110 vallas por lesión y podría estar en el podio olímpico con un poco de suerte. Pero las espectativas de medallas terminan ahí y cualquier otra opción entraría dentro del campo de la sorpresa. Nos vemos en Río.