El piloto inglés Lewis Hamilton (Mercedes) se hizo con la victoria en el Gran Premio de Gran Bretaña -décima prueba del mundial- en un resbaladizo circuito de Silverstone, por delante de su compañero de equipo Nico Rosberg y del holandés Max Verstappen (Red Bull), y donde los españoles Carlos Sainz (Toro Rosso) y Fernando Alonso fueron octavo y decimotercero, respectivamente.

El inglés lideró un nuevo doblete de Mercedes que le sirve al tres veces campeón del mundo para acechar en la clasificación general de pilotos a su compañero de equipo que continúa al frente de la misma con 171 por los 167 del británico, a tan solo cuatro unidades del primer puesto.

Clasificación que no es aún del todo clara ya que depende de una posible penalización a Nico Rosberg por una acción ilegal según dicta el reglamento, como es el hecho de recibir órdenes técnicas de equipo por radio si éstas no son para garantizar la seguridad del piloto.

Por su parte, la tercera y cuarta plazas de Max Verstappen y Daniel Ricciardo, respectivamente, evidenciaron el paso adelante que han dado los Red Bull, acercándose día tras día a la potente escudería alemana y dejando atrás a los Ferrari.

Y es que la escudería italiana no estuvo especialmente fina en Silverstone ya que, a pesar de la quinta plaza de Kimi Raikkonen, el alemán Sebastian Vettel realizó una de sus carreras más discretas, finalizando en novena posición con penalización incluida por una desafortunada maniobra que afectó a Felipe Massa (Williams).

Los españoles también tuvieron una actuación dispar. Carlos Sainz acertó a defender su valiosa octava posición de la calificación y finalizó en ese mismo puesto y sumó de nuevo cuatro puntos de cara a sus aspiraciones mundialistas, liderando de nuevo a los Toro Rosso.

Fernando Alonso (McLaren), por su parte, sólo pudo ser decimotercero, después de una carrera donde su monoplaza dio síntomas de mejora, pero donde se vio perjudicado por una intensa lucha con Felipe Massa (Williams) y por una inoportuna salida de pista. Su pericia le hizo volver a la carrera, pero ya había perdido varias posiciones y dijo adiós a sus opciones de puntuar.

La carrera británica dio comienzo con el 'safety car' al frente que rodó durante las cinco primeras como medida de precaución ante la intensa lluvia que cayó en los minutos previos al inicio de la misma y que empapó por completo el asfalto del circuito, aunque el asfalto parecía ya en bastantes buenas condiciones.

Justo después de que el coche de seguridad abandonase el trazado en la vuelta número 6, los equipos ordenaron a sus pilotos la entrada en 'boxes' para cambiar a neumáticos intermedios ante la previsión de que el resto de la carrera sería sobre seco.

Lewis Hamilton, Nico Rosberg y Max Verstappen fueron los únicos que mantuvieron sus posiciones tras pasar por el 'pit lane' con los dos Mercedes en cabeza y el Red Bull en tercera posición hasta que un virtuoso movimiento del piloto holandés le sirvió para adelantar al líder del Mundial y colocarse en la segunda plaza.

A trece vueltas de la conclusión del Gran Premio, el alemán logró finalmente superar al joven piloto de 18 años que había sabido defender su posición de forma providencial como si de un auténtico muro se tratase.

Sin embargo, Hamilton apenas tuvo problemas para afianzar su liderato y conseguir su cuarta victoria de la temporada, segunda consecutiva, con menos tensión en esta ocasión respecto a un Rosberg que terminó a casi siete segundos de su compañero de equipo, que pudo celebrar su victoria ante su público y que ya ha recuperado casi todo el terreno perdido al inicio de año.