Además de para mostrar al mundo la belleza del centro urbano de Bakú, declarado Patrimonio de la Humanidad y con un circuito urbano mezcla de Montecarlo y Montreal, el Gran Premio de Europa servía ayer de trampolin al alemán Nico Rosberg en sus aspiraciones de conquistar su primera corona mundial. El piloto de Mercedes no sólo ganó a lo campeón firmando el segundo "Grand Chelem" de su carrera (pole, vuelta rápida, victoria y líder de principio a fin), sino que además aprovechó los problemas de su compañero Lewis Hamilton, quinto tras salir desde la décima plaza en el parrilla, para aumentar su ventaja al frente de la tabla después de tres carreras viendo cómo el británico le recortaba la renta.

Ganó Rosberg por delante de Sebastian Vettel (Ferrari) y de un sensacional "Checo" Pérez (Force India) que volvía al podio tras el logrado en Mónaco y que podría haber estado algo más arriba de no ser por la sanción que arrastraba por cambiar la caja de cambios y que le retrasó hasta la séptima plaza en la parrilla tras haber marcado el segundo mejor crono en la clasificatoria del sábado.

Y si Rosberg y Pérez eran los grandes triunfadores del domingo, la cruz de la jornada quedaba una vez más para el asturiano Fernando Alonso, que tras los dos primeros tercios de la carrera luchaba con su compañero Jenson Button por la duodécima plaza cuando sufría un nuevo problema en su McLaren que le obligaba a abandonar después de penar un par de giros perdiendo posiciones de continuo sin poder bajar de la cuarta marcha.

La salida fue limpia, incluso caballerosa. No estaba Hamilton por delante y no hubo los incidentes con los que el británico suele salpimentar los primeros metros. Rosberg, así, tomó la delantera desde la pole... y no la soltó hasta completar las 51 vueltas en cabeza, vuelta rápida incluida.

Poco tardó por detrás en evidenciar el Red Bull de Ricciardo que no tiene nada que hacer en potencia frente a los Mercedes, ni siquiera en esta ocasión ante los Ferrari. Aunque tras Rosberg el gran triunfador de la jornada fue "Checo" Pérez. El mexicano tenía en el bolsillo la tercera plaza gracias a una sanción de cinco segundos que debía cumplir Kimi Raikkonen al terminar la carrera, pero no quiso esperar a que fueran los comisarios quienes le dieran el podio y superó al finlandés en la penúltima vuelta evidenciando que es uno de los pilotos con mejor futuro en el "Circo".

Hamilton luchó lo que pudo. Llegó a rodar cuarto antes de su primera parada en boxes, pero luego no pudo pasar de la quinta posición al no conseguir encontrar en su volante la solución a los problemas de su Mercedes. Pidió repetidamente ayuda a sus ingenieros por radio pero le respondieron que tenían prohibido -como señala el reglamento- darle soluciones.

Alonso penó una vez más las carencias de su McLaren. El sábado marcó el ovetense una velocidad punta en la larguísima recta de meta de Bakú (2,2 kilómetros, la más larga del calendario) a 339,5 kilómetros hora cuando Williams mantenía que Bottas había alcanzado los 378. Y Sainz, que salió finalmente 18.º, tenía que abandonar por los problemas de suspensión del Toro Rosso que también afectaron a Kvyat.