El expresidente de la FIFA Joseph Blatter y los dos últimos secretarios generales de ésta, Jérôme Valke y Markus Kattner, percibieron más de 79 millones de francos suizos (cerca de 72 millones de euros) entre salarios y "bonus" durante los últimos cinco años, según los abogados que han realizado una investigación interna en la organización, que consideran que ha habido un auténtico "asalto" a la caja de la FIFA pues entienden que debe hablarse de enriquecimiento ilicito al haberse cometido presuntamente diversas irregularidades.

"La evidencia parece revelar un esfuerzo coordinado de tres antiguos altos directivos para enriquecerse mediante aumentos de salario, bonus de la Copa del Mundo y otros incentivos que superan los 79 millones de francos suizos en los últimos cinco años", afirmó Bill Burck, socio del despacho Quinn Emanuel.

Según la FIFA, "la investigación revela que ha habido incumplimiento del deber fiduciario y abre dudas sobre el papel el Sub-Comité de Compensación de la FIFA".

El organismo que ahora preside el suizo Gianni Infantino ha trasladado esta información al ministerio público de Suiza y también la remitirá al Departamento de Justicia de Estados Unidos, dentro de su "compromiso para cooperar las autoridades y la política de la FIFA de tolerancia cero con la corrupción".

""La FIFA también trasladará la información de estos contratos y pagos a su Comité de Ética para su revisión", ha añadido en su comunicado.

Los tres investigados arreglaron contratos que les beneficiaban y algunos de los cuales podrían haber violado las leyes de Suiza, con las consecuencias penales que esto generaría para ellos. Se explica asimismo que la publicación de las compensaciones recibidas por antiguos funcionarios de la FIFA el año pasado, como reacción al escándalo de corrupción que afecta a la organización deportiva desde entonces, pudo ser correcta, pero "no reflejaba el verdadero nivel de compensaciones en años previos".

La manera que Katter, Valcke y Blatter utilizaron para enriquecerse fue a través de enmiendas introducidas en sus propios contratos, los que resultaron en "pagos masivos" en su favor entre 2011 y 2015, ya que los firmantes de estos contratos eran los mismos que debían aprobarlos.

La investigación menciona, por ejemplo, que el 30 de abril de 2011, poco antes de la elección del presidente de la FIFA, cargo al que Blatter volvía a presentarse, se procedió a una extensión de los contratos de Valcke y Kattner hasta 2019. Esa prolongación incluía un generoso aumento de salario y de bonos, así como una cláusula que les aseguraba el pago total -17,5 y 9,8 millones de dólares (18 y 10 millones de euros), respectivamente- en caso de que su contrato fuese revocado. Ello era altamente posible en caso de que Blatter no hubiese sido reelegido.

La indemnización debía ser pagada independientemente de si las causas para suspender sus contratos eran justas.