Juan Carlos Valerón ha anunciado este sábado en rueda de prensa su retirada como jugador profesional a los 40 años, poniendo fin a esa trayectoria en el equipo de su isla, la UD Las Palmas.

El club amarillo ya ha desvelado que Valerón será capitán de honor y embajador de la UD, y se espera que tenga minutos en el partido de este domingo ante el Athletic de Bilbao, el último en casa de la temporada.

Durante su comparencia, Valerón estuvo arropado por el resto de integrantes de la plantilla amarilla y no pudo evitar emocionarse, reconociendo sentirse "muy feliz" y queriendo que su retirada se produzca "con normalidad".

Trayectoria

'El Flaco', quien no ha podido contener las lágrimas en su despedida, cuelga las botas en el club en el que se formó, donde ha militado los tres últimos años y al que regresó procedente del Deportivo de La Coruña, en el que jugó durante trece temporadas y alcanzó sus mayores logros deportivos, con un título de la Copa del Rey y dos Supercopas de España.

Valerón vistió la camiseta de la selección española en 46 ocasiones, con la que marcó cinco goles, y participó en el Mundial 2002 de Corea del Sur y Japón, así como en dos ediciones de la Eurocopa de naciones.

El 'Mago' de Arguineguín se ganó ese apodo desde que comenzó a brillar en el panorama nacional. Capaz de encontrar un hueco y ejecutar un pase donde los demás solo veían un bosque de piernas, el futbolista isleño se convirtió en el jugador revelación en su primera temporada en la elite, con el RCD Mallorca.

Y es que en 1997 Valerón cambió de isla, pero no de fútbol, sin abandonar tampoco ese carácter sencillo y humilde que le ha acompañado siempre. Tras empezar a destacar en Las Palmas, en Segunda B y Segunda, dio el salto al Mallorca, que abonó su cláusula de rescisión de contrato. Con los bermellones completó un año espectacular, y el Atlético de Madrid apostó por él.

Su etapa en la capital de España no fue fructífera, hasta el punto de consumar el descenso con los rojiblancos en su segunda temporada. Fue entonces cuando Augusto César Lendoiro pescó en el Manzanares y reclutó a Valerón para el Deportivo. El 'Flaco' nunca imaginó que aquel cambio de rumbo iba a marcar su vida.

En Coruña vivió sus mejores momentos deportivos. Estuvo trece temporadas en Riazor, y con aquel Superdépor levantó trofeos -una Copa del Rey y dos Supercopas-, peleó por el título de Liga y disputó la máxima competición europea.

Selección española

Todo ello le llevó a consolidarse en la selección absoluta, con la que había debutado durante su etapa en el Atlético de la mano de José Antonio Camacho. Con España jugó en 46 ocasiones, disputó el Mundial de Corea y Japón, y estuvo presente en dos Eurocopas. Antes, con la sub'21, se había proclamado campeón continental.

Sus últimos años de albiazul estuvieron salpicados por varios descensos del equipo gallego, así como graves lesiones de rodilla que le hicieron pasar tres veces por el quirófano y plantearse de forma seria la retirada.

Su relación con Lendoiro sufrió un distanciamiento cuando parecía destinado a ser el asesor del presidente, y decidió regresar a Gran Canaria, pero para seguir sobre el verde y brindarle a Las Palmas sus últimos años de fútbol.

En su última etapa con la Unión Deportiva ha vivido el histórico retorno de los amarillos a Primera, competición que los canarios no jugaban desde hacía más de una década. Su aportación sobre el campo en los tres años que ha vuelto a vestir de amarillo ha ido decreciendo. Ley de vida, y del fútbol también.

Aprecio y elogio de todo el fútbol

Esta temporada solo ha participado en una docena de partidos ligueros, pero la ha coronado con la permanencia del equipo isleño y superando la cifra de 400 encuentros disputados en la máxima categoría, por delante de nombres como el de Luis Enrique, actual entrenador del FC Barcelona, o de jugadores en activo como Andrés Iniesta o Sergio Ramos.

Valerón no solo es admirado por su currículum deportivo, brillante de por sí, sino por ese carácter afable que le ha hecho granjearse toda la simpatía del fútbol español, y la de sus compañeros de vestuario, para los que es algo más que un gran jugador. No se conoce estadio de este país donde no haya sido aplaudido al abandonar o saltar al césped, algo al alcance de pocos jugadores en el mundo en el deporte actual.

El futbolista de los pases imposibles, a poco más de un mes de cumplir 41 años, deja la Liga española, pero su sonrisa eterna, su mítico dorsal 21 y su elegante figura nos acompañarán siempre, ahora fuera del campo, como capitán de honor, su nuevo cargo.