Hace unas semanas, el Barça era como el primer Terminator interpretado por Arnold Schwarzenegger. Una máquina de matar que no sentía lástima, remordimientos o miedo y que no se rendía ante nada. El Terminator de la película de Cameron mataba para conseguir ropa o armas y, al desconocer el rostro de Sarah Connor, decidió asesinar a todas las Sarah Connor que figuraban en la guía telefónica porque le parecía la forma más eficaz de cumplir con su misión. El Barça anterior a la derrota en el Camp Nou frente al Madrid ganaba partidos para llegar a la final de Copa o para ganar la Liga y, al desconocer el rostro de un equipo capaz de ganar dos Ligas de Campeones seguidas, decidió ganar a todas las Sarah Connor de la lista de la UEFA porque le parecía la forma más eficaz de cumplir con su misión de ganar dos tripletes seguidos. Y entonces Ronaldo marcó el segundo gol del Real Madrid en el Camp Nou y el Atleti de Simeone, ese nuevo Terminator, le apartó a empujones de la final de la Liga de Campeones. Y algo hizo "crack".

Un Terminator con dudas ya no es un Terminator sino, con suerte, un Continuator. Este nuevo Barça gana partidos por goleada, como ante el Depor o el Sporting, o gana partidos como quien bosteza mientras observa el vuelo de una mosca, como ante el Betis, pero no mete miedo y suma puntos de tres en tres sin pizca de épica. Una jornada más en la oficina hasta un título de Liga que ya no es tarea de un voraz Terminator, sino de un melancólico Continuator. El partido del Barça en el Villamarín no fue digno de una película de ciencia-ficción, ni de una película histórica, ni siquiera de unos de esos tremebundos melodramas que Antena 3 o Telecinco programan un sábado por la tarde. El Barça jugó ante el Betis como si protagonizara una película franco-iraní, como si sufriera un ataque de hastío, como si tener que jugar un partido a estas alturas de la temporada exigido por las tercas victorias del Real Madrid y del Atleti solo fuera una molestia, un engorro, un fastidio, una falta de respeto con un equipo que nació para ser Terminator. Cuidado. Nos espera un Espanyol con ganas de Tamudazo y un Granada al borde del abismo. Y Sarah Connor no aparece en la guía telefónica.