El Caja Rural volvió a sufrir ayer ante su público la cara amarga del deporte con una derrota ante el SD Tordoia (0-2) en un partido que las chicas de Sami Merino dominaron casi en su totalidad pero que no dejó réditos al cuadro zamorano.

Dos meses lleva el Amigos del Duero sin ganar. Desde que superara en casa al SCD Milagrosa. Y ayer, frente a las gallegas del SD Tordoia parecía una ocasión piripintada para acabar con semejenta mala racha. Sin embargo, el antepenúltimo clasificado acabó sumando los tres puntos en juego en la Ciudad Deportiva. Y lo hizo sin realizar un gran esfuerzo, sin merecerlo más que su rival. Lo logró simplemente siendo efectivo, certero en sus ocasiones.

Nada más arrancar la contienda quedó claro que el Caja Rural llevaría el peso del encuentro. Tomó el balón y buscó la portería contraria con insistencia sin que las visitantes pudieran plantear alternativa alguna de juego.

Las zamoranas recuperaban el balón con facilidad y alcanzaban la frontal del área contraria con relativa sencillez -siempre que el balón iba por el piso- pero ahí se atascaba y apenas se asomaba al portal de las coruñesas.

Ese fue el guion de la primera mitad. Un periodo en el que SD Tordoia no inquietó en absoluto a Sara Gimeno, siendo todas las llegadas para las locales. Sin embargo, pese a tener varias ocasiones claras, el marcador se mantuvo con 0-0. Ni siquiera cuando un balón suelto fue empalmado por Saritilla dentro del área, con el cuerpo demasiado hacia atrás como para evitar que el cuero se perdiera por encima del larguero.

El coraje de la capitana, que también se quedó a un pelo marcar de cabeza, y de sus compañeras, como Lara Pastor o María González, quedó sin premio. Como sin el justo castigo quedó una entrada a destiempo de las visitantes que no fue pitada. Una desmedida acción que, curiosamente, acabó provocando la expulsión del técnico visitante por desairadas protestas.

El planteamiento del SD Tordoia no se vio afectado por este lance en la segunda mitad. Todo lo contrario, siguió parapetado en su campo buscando algún tipo de ocasión a la contra. Su ejercicio fue defenderse de un Caja Rural que se lo puso fácil tras del descanso. Y es que, el cuadro de Sami Merino se mostró demasiado vertical. Atacó siempre de forma perdendicular a la portería, sin demasiados cambios de banda, y eso le perjudicó claramente.

Aún así, las locales gozaron de alguna que otra ocasión antes de que en el minuto 61 una pérdida de balón permitiera a Fátima explotar su velocidad, tomar la espalda a la defensa zamorana y hacer el 0-1 al batir a Sara Gimeno por el palo corto.

El tanto descolocó a un Caja Rural que siguió teniendo el balón y obcecado en intentar llegar al gol por el camino más corto como su rival. Sin embargo, chocó contra un muro. Un entramado defensivo del que nació el definitivo 0-2 al rechazar un envío que cayó a los pies de Rebeca. La atacante gallega condujo el cuero hasta el área rival, muy escorada y, en un intento de centro y con mucha fortuna, batió a María Garretas superandola por alto con una parábola casi imposible. Un gol que sentenció un choque donde la eficacia visitante se impuso al dominio y buen hacer local.