Como era de esperar, Mercedes fue ayer el gran dominador de la sesión de calificación en el Gran Premio de Baréin, segunda prueba de la temporada del Mundial de Fórmula Uno. Eso sí, a diferencia de lo visto hasta el momento en los entrenamientos libres, fue Hamilton y no Rosberg quien se mostró como el más rápido sobre el asfalto en el circuito de Sakhir.

El vigente campeón del mundo logró ayer su quincuagésima primera "pole" en Fórmula Uno al cubrir los 5.412 metros de la pista bareiní en un minuto, 29 segundos y 493 milésimas. Un tiempo que le permitió cortar la racha de su compañero y principal rival en la lucha por el título en esta temporada. Nico Rosberg. El alemán, que había iniciado 2016 con las mismas buenas sensaciones que terminó el pasado campeonato, no pudo alargar su dominancia sobre el británico, que le arrebató el primer puesto en la parrilla de salida por tan solo 77 milésimas. Una diferencia que hace soñar con una apasionante lucha hoy en carrera.

Que Hamilton y Rosberg estén tan cerca puede beneficiar al resto de aspirantes al triunfo que no pilotan un Mercedes. Una terna de corredores que encabezan Sebastian Vettel y Kimi Raikkonen.

El alemán y el finlandés, que habían estado discretos en las sesiones previas de este gran premio, supieron subir el ritmo en el momento justo y copar la segunda línea de parrilla colocando a sus respectivos Ferrari a la zaga de los favoritos. Eso sí, los dos se quedaron a más de medio minuto de Mercedes.

Por detrás de los Ferrari se perfila con alguna opción Ricciardo o Bottas, pero tanto el de Red Bull como el de Williams son una incógnita, ya que sus coches -como los del resto de pilotos que entraron ayer en la Q3- son sensiblemente más lentos que los cuatro primeros de la parrilla.

Las diferencias fueron aún más exageradas con aquellos que fueron eliminados durante la calificación, como un Button que tras maravillar en los libres con el Honda fue decimocuarto, o un Carlos Sainz que se tuvo que conformar con ser undécimo.