Carla Suárez se clasificó ayer brillantemente para la final del torneo de Doha, puntuable para la WTA y que se disputa en pista dura, después de arrollar a la número tres del mundo, la polaca Agnieszka Radwanska. La grancanaria firmó un partido espectacular, donde no dio opciones a la de Cracovia, tomándose la revancha de la dura derrota encajada en los cuartos de final del Abierto de Australia. Ahora, se medirá a la letona Jelena Ostapenko en la final, pero gracias a esta victoria en semifinales, ya tiene el premio de convertirse en la nueva número seis del mundo.