"Hay feeling desde el inicio con Zizou" (Sergio Ramos). "Yo y todos estamos más contentos con Zidane" (Jesé). "Veo muy bien al equipo, estamos entrenándonos muy bien, jugamos bien, ganamos y marcamos muchos goles" (Cristiano Ronaldo). "El cambio de entrenador ha sido bueno, no solo para mí, sino para todos" (James Rodríguez). Si quedaba alguna duda sobre el principal problema de Rafa Benítez en su breve paso por el banquillo del Madrid, las declaraciones de pesos pesados del vestuario desde su destitución lo aclaran todo. Las palabras y los hechos porque nunca el técnico español recibió públicamente los guiños que le dedicaron a Zinedine Zidane el miércoles en Roma.

Mientras Cristiano Ronaldo y Sergio Ramos corrían a abrazarse con Zidane tras el gol del portugués en el Olímpico de Roma, Benítez daba rienda suelta a su frustración aprovechando su condición de comentarista del partido en el canal británico de televisión BT Sports. Dos meses después de utilizar la rueda de prensa previa al partido contra la Real Sociedad para denunciar que "hay una campaña contra Florentino Pérez, contra el Madrid y contra el entrenador", Benítez admitió lo que se palpa en el entorno madridista.

"Mi asistente Fabio Pecchia decía que había permanentes presiones del presidente, que siempre está alrededor, habla a diario con jugadores y la prensa", confesó Benítez a preguntas de los periodistas del canal. "No es fácil para un entrenador, especialmente cuando has estado en Inglaterra, ver al presidente hablar con los jugadores o con la prensa todos los días". Y finalizó su ajuste de cuentas con Florentino Pérez metiendo el dedo en la llaga del madridismo con un apunte estadístico: "El Barcelona ha ganado el doble o más del doble de trofeos que el Madrid en el tiempo en el que el presidente está ahí".

Benítez fue destituido después de un empate en Valencia (2-2) que le dejaba a dos puntos del Barcelona (con un partido menos) y a cuatro del Atlético de Madrid. Seis jornadas de liga después, el Madrid sigue tercero, con un punto menos que el Atlético y a siete del Barcelona. Los números de Zidane respecto a los seis primeros partidos con Benítez son parecidos: cinco victorias y un empate para el francés, cuatro y dos para el madrileño. Ahora el Madrid marca más goles (23 por 14), pero también recibe más: 5 por el único que había recibido entonces Keylor Navas, en San Mamés.

Pero más allá de los datos, lo que ha supuesto el relevo en el banquillo se nota en las sensaciones que transmite el equipo en el campo y los jugadores en cada aparición pública. De la frialdad con Benítez, incluso con desplantes como los de James cada vez que era sustituido, a las muestras de respeto hacia Zidane, tanto de palabra como de obra. La minuciosidad de Benítez, que llegaba a corregir detalles técnicos a futbolistas con una década al máximo nivel, se ha pasado a la naturalidad del trabajo con Zidane. La eliminación en la Copa del Rey ha permitido a Zidane trabajar durante varias semanas con tranquilidad en Valdebebas. En su aparición televisiva, Benítez dio a entender que él también tenía prevista una planificación para corregir algunas carencias del equipo, que en parte atribuía a la gira veraniega: "Esperábamos mejorar al final de temporada, porque esa es la experiencia que tenemos. Estábamos jugando dos partidos por semana y justo llegaban cinco semanas con solo un partido".

Al igual que ocurrió con Benítez en el inicio de la Liga, la prueba de fuego para Zidane llegará con el endurecimiento del calendario durante el próximo mes. Rivales como el Atlético de Madrid o el Sevilla en el Bernabéu, y el Barcelona en el Camp Nou, medirán la progresión del Madrid de Zidane, que hasta el partido de Roma se había mostrado irregular fuera de casa. Con la lucha por la Liga a expensas de los errores del Barcelona, la Copa de Europa es, hoy por hoy, el gran objetivo madridista de esta temporada. Para el hincha blanco, todo este enredo se daría por bien empleado si el 28 de mayo el símbolo de la "Novena", Zinedine Zidane, levanta la "Undécima".