Una fugaz aparición de Fernando Torres en el primer suspiro del partido ante el Getafe bastó al Atlético de Madrid para sumar tres puntos en el Coliseum Alfonso Pérez, donde el cuadro de Simeone ofreció una pobre imagen con la que sumó tres puntos vitales para seguir la estela del Barcelona.

Un minuto y un segundo. Eso es lo que necesitó el conjunto rojiblanco para sacar los colores a los jugadores del Getafe, que llegaron a la cita muy aleccionados por Escribá para no salir dormidos en la primera parte, ya que son el equipo que más goles encaja en la primera mitad. Pero eso no evitó que la primera cabalgada de Carrasco por la banda izquierda fuera rematada por un Torres que sacó rendimiento a su titularidad a las primeras de cambio.

Sin embargo, ahí se acabó la fluidez atlética cuya férrea defensa resultó inaccesible para un Getafe que apenas inquietó a Oblak. Los rojiblancos, cómodos atrás, jugaron al trote y esperaron a un contragolpe para sentenciar la contienda, en cuya segunda mitad se acentuó la postura defensiva Atlética y la inoperancia de un Getafe sin mecánica ni pólvora.