El brasileño Wendell Lira, distinguido hoy con el premio Puskas al mejor gol del año, dio un impulso a su carrera gracias a su inclusión en la lista de finalistas a este galardón concedido por la FIFA.

El jugador de 26 años pasó dificultades en 2015, transitó por clubes de tercera y cuarta división, en los que cobraba salarios inferiores a 4.000 reales (unos 1.000 dólares), según él mismo ha admitido, y se quedó desempleado en julio pasado hasta que su nombre apareció en la lista de finalistas del Puskas con el siguiente gol:

"Es difícil vivir del fútbol", llegó a afirmar en una entrevista concedida al diario Folha de Sao Paulo el pasado noviembre, antes de que le fichara el Vila Nova.

Wendell se formó en las filas del Goiás, llegó a ganar un premio al jugador revelación en un torneo juvenil en 2006, pero una serie de lesiones le llevó a pensar en acabar con su carrera deportiva de forma prematura.

Llegó a dejar el fútbol y se dedicó a ayudar a su madre en la cafetería donde trabaja, pero se dio una segunda oportunidad y se enroló en el Goianesia, el club de cuarta división con el que, el pasado marzo, marcó el gol antológico que le valió el premio Puskas.

Justo después de anotar ese gol, marcado en un partido de la liga regional del estado de Goiás, el delantero fue contratado por el Tombense, de tercera división.

Su trayectoria en ese equipo fue corta. Le despidieron cuatro partidos después de haber sido contratado porque no le gustó al entrenador y se quedó desempleado hasta noviembre pasado, cuando se conoció su nominación al galardón de la FIFA.

La notoriedad que adquirió al ser incluido en la lista de finalistas del Puskas le abrió las puertas del Vila Nova, equipo de segunda división de la ciudad de Goiania, con el que firmó un contrato de un año.

El club rechazó informar del valor del contrato del jugador, pero él ha admitido públicamente que no gana mucho más que en su época en el Goianesia, mucho menos de las cifras que manejan los otros finalistas del Puskas, Lionel Messi o el jugador del Roma Alessandro Florenzi.