El Melbourne Park reabre de lleno sus veintiséis pistas para poner en escena desde hoy el primer Grand Slam de la temporada, el Abierto de Australia, al que aspiran conquistar los principales tenistas del circuito aunque pocas veces ha contemplado con tanta evidencia a un favorito, el vigente campeón, Novak Djokovic. Al que todo intentarán superar.

El balcánico, actual número uno del mundo, encuentra en el torneo oceánico un evento adecuado a su antojo. Una pista, dura, en la que se desenvuelve como nadie y una nutrida experiencia como ganador como atestiguan sus los cinco trofeos en su mochila. Uno menos, sólo, que el local Roy Emerson.

Djokovic, que echará a andar hoy contra el joven surcoreano Hyeon Chung, ha empezado el año con la misma autoridad con la que cerró el 2015. Ganó el torneo de Doha arrasando al español Rafael Nadal. Por ello, nadie pone en cuestión la condición de gran favorito del jugador de Belgrado, aunque muchos intentarán que los pronósticos no se cumplan.

Quienes más posibilidades tienen de romper el guión son Roger Federer y Andy Murray, ambos a la expectativa. El suizo disputará su 65º grande consecutivo, mientras que el británico espera que este sea su gran año. Tras ellos se asuma el también helvético Wawrinka, campeón en el 2014.

Federer, el hombre con más "majors" de la historia, no parece destinado a llegar a la gran final en tierras australianas, duelo que no alcanza desde 2009. La edad ha condenado al suizo, otrora dominador del circuito, a ceder el cetro de mando al serbio aunque la asombrosa calidad de su muñeca sea de las pocas armas que puedan contrarrestar la fortaleza del actual número uno.

Murray es el otro gan enemigo a batir por Djokovic. El "eterno aspirante" mantiene desde hace años una cuenta pendiente con Melbourne, donde ha jugado cuatro veces por levantar un título que aún no tiene. Quizá sea este su año, pero el propio número dos del mundo sabe del mayor potencial del tenista balcánico.

Por otra parte, el título logrado hace dos años mantiene a Wawrinka entre los candidatos. A otra distancia. El suizo, ganador el pasado año de Roland Garros, fue capaz de superar a Djokovic. Pero en tierra. El carácter impredecible que acompaña al tenis de este helvético alimenta sus ilusiones. Como esperanza tiene un Nadal que también es una gran incógnita de este primer "Grand Slam".

Las sensaciones de las primeras semanas del nuevo año mantienen aún distante al español del balcánico. Nadal solo fue capaz de apuntarse tres juegos (6-1 y 6-2) en el primer cara a cara de la temporada.

Nadal ha perdido nueve de los diez últimos enfrentamientos con el serbio, que ya le aventaja en los duelos particulares, aunque parece dispuesto a recuperar la delantera en este marcador próximamente. "Lucharé este año por estar cerca de Djokovic. Es un tenista increíble y que no ha tenido lesiones. Eso hace que nunca haya perdido el ritmo de competición. Si tienes lesiones es más difícil recuperar la confianza. Djokovic juega a un nivel más alto que el resto y es difícil verle perder partidos", dijo Nadal en vísperas del arranque de la competición, que iniciará mañana ante su compatriota Verdasco.

Fuera de esta terna de candidatos al éxito, incluyendo a un Nadal que parece lejos de poder superar al número uno, se encontran otros tenistas que podrían dar la sorpresa. Como David Ferrer, octavo favorito, al que habrá que tener en cuenta, aunque puede que no para el triunfo final. El español lidera ese grupo de tenistas con clase a los que un poco de suerte podría llevarles lejos en el torneo como Nishikori o Berdych. Todos sueñan con ello, con llegar al último duelo y superar al gran favorito en la final de este Abierto de Australia. Es un todos contra Djokovic.