La selección española femenina de balonmano se medirá el próximo lunes con Francia en los octavos de final del Mundial de Dinamarca, tras perder este viernes por 29-26 ante Noruega, en un encuentro en el pagó caro su precipitación. "No podemos precipitarnos, no podemos precipitarnos", reclamaba una y otra vez el técnico español. Pero ni los gritos, ni el enfado de Jorge Dueñas sirvieron de nada, empeñado como estuvo el conjunto español en seguir por un camino que le condenaba irremediablemente a la derrota. Y es que pese a ser consciente de que enfrente se encontraba un rival que castiga como nadie cada error, la selección española careció en todo momento de la paciencia necesaria en ataque para buscar las mejores situaciones de gol. Ofuscadas en buscar a las pivotes, España alimentó con sus continuas pérdidas y errores el letal contragolpe nórdico, un problema que las de Jorge Dueñas sólo lograron resolver cuando se atrevieron a probar fortuna con el lanzamiento exterior. De hecho, dos "latigazos" consecutivos de Alexandrina Cabral desde más allá de los nueve metros permitieron a España situarse a los 12 minutos de juego por primera y única vez en el partido por delante en el marcador.