Más de mil valientes, el doble que en la pasada edición, tomaron parte ayer en el II Farinato Race Zamora que este año estrenó además para toda España la modalidad de 18 kilómetros con la alegría para el deporte zamorano de que el vencedor haya sido Alejandro Samper, de Villardeciervos, aunque afincado en Madrid.

Pese a todo, la gran parte de los participantes que se dieron cita en la fría mañana de ayer en el bosque de Valorio, procedían de provincias cercanas, de Galicia, Asturias, y numerosos puntos de España. Había expectación por comprobar cómo se desarrollaría una carrera tan exigente físicamente por los durísimos obstáculos que instala la organización, sobre más del triple de los cinco kilómetros que hasta el momento se habían disputado todas las pruebas que a lo largo del año se organizan en las principales ciudades españolas. Y el resultado no fue malo, al menos por las reacciones de los esforzados atletas al entrar en la meta. En cuanto a las marcas realizadas, muy poco se puede aportar cuando la organización, al cierre de esta edición, todavía no había hecho públicos los resultados.

En todo caso, el tiempo realizado por Alejandro Samper estuvo en poco más de dos horas, una marca asombrosa por la dureza extrema de la carrera. Samper es un especialista en este tipo de carreras como lo demuestra que haya corrido todas las Spartan Race (segundo en la de Madrid) -tres en un mismo año- y noveno en el Europeo. En el resto de la temporada compite en pruebas de montaña. Y no ha podido debutar mejor en una Farinato, adjudicándose la victoria en la primera sobre 18 kilómetros que se disputaba en España. El zamorano residente en Madrid fue secundado en el podio por Antonio González y Juan Carlos Fernández, dos corredores también experimentados.

En cuanto a las féminas, la vencedora fue la madrileña Carla Sánchez, una especialistaen trails de montaña, que fue seguida en la meta por Lorena Charcón y Ana García. La corredora madrileña había sido segunda el pasado año en Zamora.

En cuanto a la distancia corta, que esta vez fue de unos 6 kilómetros, la alta participación obligó a agrupar a los participantes en cinco grupos que fueron tomando la salida de media en media hora y esta vez, el vencedor fue Tomás Sánchez que por fin subía a lo más alto del podio tras ser segundo en Gijón, Sagunto, Barcelona y Ciudad Rodrigo. Miguel Pinto y José Alberto García consiguieron los siguientes mejores tiempos ya que la clasificación se establece por marcas y no por los puestos ocupados en cada una de los grupos establecidos.

En la prueba corta femenina, las mejores fueron Leticia Pérez, Fátima Santos y Adriana Alves. Además, en la clasificación por equipos mixtos logró la victoria por segundo año consecutivo el zamorano Boutique Isabel Herrero.

Las obras del AVE obligaron en esta edición a cambiar ligeramente el recorrido de los corredores que tuvieron que superar duros obstáculos, algunos con serio riesgo para su integridad física como la última pirámide situada a escasos metros de la meta donde sufrió un grave accidente una participante al caerse desde unos cuatro metros de altura. Tuvo que ser trasladada por los servicios de la Cruz Roja al Hospital Recoletas con serio riesgo de haber sufrido alguna rotura ósea.

La explicación del grave suceso por parte de la organización se limitó a recordar a los participantes desde la megafonía que este tipo de pruebas tienen un riesgo real. El sentir general de los participantes es que debe mejorarse el nivel de seguridad de la carrera de cara a las próximas ediciones, junto a la elaboración de resultados que creó algún problema a la hora de establecer los primeros clasificados, además del control de que en cada uno de los obstáculos se cumplan las normas, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de una carrera organizada por una empresa privada y que el precio de las inscripciones que, para nada, es barato, revierta mucho más en los atletas como ocurre en otras carreras.