El Kremlin rechazó ayer las duras acusaciones contra sus atletas como carentes de fundamento, mientras que los jefes del deporte y de la agencia antidopaje de Rusia sugirieron que el escándalo internacional tiene todos los visos de ser un "ataque político".

El estatus de Rusia como superpotencia deportiva forma parte del esfuerzo del presidente ruso, Vladimir Putin, para lograr el resurgimiento de su país, por lo que las acusaciones de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) de que los atletas usaron sistemáticamente sustancias para mejorar su desempeño fueron un duro golpe.