El italiano Kristian Sbaragli, del equipo sudafricano MTN Qhubeka, se impuso ayer al esprint en la décima etapa de la Vuelta a España, entre Valencia y Castellón, de 146,6 kilómetros, en la que el holandés Tom Dumoulin (Giant) mantuvo la camiseta roja de líder. Sbaragli, que invirtió un tiempo de 3h 12' 43'', alzó los brazos por delante del alemán John Degenkolb (Giant) y del español José Joaquín Rojas. En la general, el holandés Dumoulin retuvo "la roja" con 57 segundos de ventaja sobre el español Joaquim "Purito" Rodríguez (Katusha) y 59 respecto al colombiano Esteban Chaves (Orica).

Entre los favoritos, sin cambios: Alejandro Valverde, Fabio Aru, Nairo Quintana y Chris Froome llegarán a la jornada de descanso en un pañuelo de 9 segundos. En la etapa reina de Andorra de mañana afrontarán el primer gran examen de montaña.

La etapa señalada para el esprint en la víspera de la primera jornada de descanso estuvo marcada por una escapada multitudinaria de 40 corredores que en todo momento estuvo controlada. De ello se encargó el Giant, el más interesado en la llegada masiva para mantener el liderato de Dumoulin y buscar la victoria del aún inédito Degenkolb.

Muchos nervios desde el banderazo de salida en Valencia, ritmo rápido y caídas. No hay día sin sustos en la Vuelta, que no conoce nombres. Salió dolorido Valverde de una clavícula, y se fueron al suelo unos cuantos, entre ellos Nicolás Roche, tercero de la general, quien obligó a trabajar a todo el Sky para reintegrarse al grupo.

El control del pelotón principal echó abajo la fuga a 50 kilómetros de meta. El reagrupamiento no supuso tranquilidad. La carrera iba lanzada y el holandés Niki Terpstra (Etixx) trató de abrir camino en solitario. El Movistar tomó las riendas de la persecución.

Todos los favoritos atentos ante el único aliciente que restaba antes de la meta en Castellón, el ascenso de siete kilómetros al seis por ciento de desnivel al Alto del Desierto de las Palmas (2ª), a 18 de meta.