Mo Farah revalidó en la jornada inaugural de los Mundiales su título de campeón de 10.000 metros batiendo en la última vuelta a la armada keniana, que se había conjurado para despedazarlo, y Justin Gatlin declaró en las barbas del mismísimo Usain Bolt su intención de arrebatarle el cetro de la velocidad.

Sin la menor muestra de fatiga en el rostro, Farah fulminó en la única final sobre la pista a sus cuatro compañeros de fuga con un ataque sostenido a 500 metros de la meta y, pese a sufrir un tropezón al toque de campana, venció con 27:01:13.

El keniano Kipsang Kamworor, campeón mundial de cross y de medio maratón, se tuvo que conformar con la plata (27:01.76) y su compatriota Paul Tanui con el bronce (27:02.83).

Por su parte, Gatlin, el atleta más veloz del mundo en los dos últimos años, metió presión al plusmarquista Usain Bolt, con una marca intimidatoria de 9.83, el mejor registro en 100 metros jamás conseguido en la primera ronda de unos campeonatos del mundo. El jamaicano se perfila como el gran favorito pero, tras cuatro años de sanción por dopaje y con 33 años, Gatlin está corriendo como nunca.