La Federación Española comunicó ayer al zamorano Carlos Vega la sación de dos años de suspensión de licencia que se le ha impuesto por el conflicto de los patrocinadores ocurrido en el pasado Campeonato de Europa de Maratón donde el canoista se negó a colocar la publicidad institucional en su embarcación y los sustituyó por sus patrocinadores particulares que le permitieron competir en Eslovenia.

La Española remitió ayer al deportista la resolución del Comité de Disciplina en la que se aplica una sanción que le impedirá a Vega competir en las dos próximas temporadas y, pese a la dureza del castigo que es similar al que recibiría por un positivo de dopaje, es la menor aplicable según el reglamento federativo que establece entre 2 y 5 años de sanción para este tipo de incidentes.

Carlos Vega ha anunciado que recurrirá la resolución y al tiempo ha iniciado una campaña en las redes sociales para conseguir firmar con las que exigir el cambio de la reglamentación que obliga a los palistas a exhibir la publicidad de la Federación en detrimento de la suya particular que es la que les permite acudir a las competiciones internacionales en esta disciplina no olímpica.

Esta normativa se estableció hace tres años ante la penuria económica en la que se encuentra situada la Federación Española que carece de fondos para costear los viajes y estancias de los palistas a todas las competiciones internacionales. Actualmente, la Española tan solo asume los campeonatos de primer nivel en detrimento de especialidades no olímpicas como es el maratón de piragüismo.

Carlos Vega se vería así obligado a abandonar el piragüismo y el deporte español perdería a un canoista con un brillante historial y varias medallas en competiciones internacionales.

Una historia rocambolesca

La rocambolesca historia que ha protagonizado Vega comenzó en la semana del 1 al 5 de julio en el Campeonato de Europa de Maratón disputado en Eslovenia al que los palistas acudieron después de recibir la comunicación de la Española sobre las normas sobre publicidad en sus indumentarias y embarcaciones, asegura la RFEP.

Una vez disputado el Campeonato, el jefe del equipo español, Luis Antón Busto, informó a la Española que Vega no había cumplido las normas establecidas que destinan la parte delantera de las piraguas a los patrocinadores oficiales (Federación y CSD) y la trasera, a los particulares, y "se negó a colocar en su canoa las pegatinas de los patrocinadores de la RFEP, desobedeciendo las órdenes dada por el jefe de equipo". La Federación tomó entonces la decisión de abrir expediente al palista, un expediente que ayer mismo le fue comunicado por el Comité de Competición y Régimen Disciplinario.

El instructor del expediente, Mariano Cuesta Pilar, señala en su escrito que "sin entrar a valorar sus declaraciones en el diario LA OPINION-EL CORREO DE ZAMORA, así como los comentarios en las redes sociales, está claro que ha desobedecido las órdenes dadas por los responsables federativos".

En el apartado de hechos probados, se señala que "no cabe duda alguna que Carlos Vega no solo no llevaba los adhesivos oficiales en su embarcación sino, lo que es más grave, se niega en rotundo ante sus compañeros y el técnico federativo a incluirlos, sustituyéndolos por sus patrocinadores privados. Esta actitud además es un claro ejemplo de rebeldía que, por cierto, también es considerado como infracción muy grave", en la reglamentación.

Al establecer la sanción, el instructor expone como atenuante que "es la primera vez que el deportista es sancionado" y se tiene en cuenta también, a su juicio, "el principio de proporcionalidad entre la infracción cometida y la sanción propuesta", por lo que se opta por la sanción mínima de dos años.

Precisamente, en cuanto a este principio de proporcionalidad, el propio palista ha expuesto claramente en las últimas semanas que considera "totalmente desproporcionada" dicha sanción para la gravedad que, en sí, han alcanzado los hechos que Vega, por otra parte, no ha negado en ningún momento. El piragüista insiste en que pese a que dos años sea la sanción mínima, la considera desproporcionada comparándola con las que se aplican a otros hechos de mayor gravedad como puede ser el dopaje o la violencia, entre otros.