La Vuelta a Zamora vivió ayer el cambio de líder en una etapa que respondió más o menos a lo previsto, pero la carrera continúa muy abierta aunque el favoritismo del zamorano Jaime Rosón se mantiene todavía más vivo a la espera de la "etapa reina" de hoy en la Alta Sanabria.

Un sprinter, Dani Sánchez, fue el vencedor de la etapa de ayer disputada entre Roales y Benavente, de 129 kilómetros de recorrido. El corredor natural de Don Benito lanzó un fuerte ataque al paso por Manganeses de la Polvorosa y realizó los últimos diez kilómetros en solitario sin que el pelotón lograra reducir su ventaja.

Y es que el Caja Rural tuvo que realizar ayer un importante esfuerzo para impedir que la fuga que protagonizó la jornada cobrase demasiada ventaja, y lo pagó en los kilómetros finales cuando las fuerzas ya no le dieron para más al equipo que, como es sabido, es de seis corredores en esta vuelta, lo cual no deja de ser un inconveniente para la vistosidad táctica de la competición.

La de ayer era una etapa bastante dura en la primera mitad con la cumbre de Ferreras de Arriba como punto más alto de un recorrido de constantes subidas y bajadas por la Sierra de La Culebra. La salida tuvo por primera vez el marco de Roales del Pan, una localidad que acogió con buena animación la salida de los corredores en un día muy caluroso y además con viento fuerte aunque no llegó a crear problemas a los corredores ya que soplaba a favor en la segunda parte del recorrido, el camino hacia Benavente con largas rectas, propicias para el trabajo de los equipos interesados en el que pelotón llegase unido a la meta.

Desde los primeros momentos de la salida real que se dio en la localidad de La Hiniesta comenzaron a producirse escarceos.

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