El suizo Roger Federer abrió su libro de maestro y dictó una lección magistral de tenis ante 20.000 espectadores en el majestuoso O2 para infligir al británico Andy Murray una de las derrotas más duras de su carrera, 6-0 y 6-1 en 56 minutos, y clasificarse así para las semifinales del Masters. Federer firmó su hoja de ruta hacia las semifinales de la reunión de maestros sin ceder un solo set en tres partidos, derrotando por K.O. al canadiense Milos Raonic, al japonés Kei Nishikori y ahora a Murray en una exhibición, que se fue transformando a medida que pasaba el tiempo en el más duro castigo para el ex campeón de Wimbledon, que dejó mudo al auditorio londinense.

Murray no tuvo defensa, o no supo defenderse ante el vendaval de inspiración que ejerció Federer. El escocés sólo ganó una vez su saque (6-0 y 5-1) después de haber encajado un 11-0, y más que ganarlo, sonó como un regalo de su verdugo que no quería hacer tanta sangre.

El escocés no fue capaz de tan siquiera intimidar al suizo con una sola bola de rotura. Federer se multiplicó en la red y aprovechó su revés cortado para hacer sufrir al de Dunblane en una noche aciaga para él, ya que hasta este jueves nunca había salido de una pista en bicicleta (6-0 y 6-0) y estuvo a punto de hacerlo.

Al final, Murray se salvó de una derrota flagrante, y no pasará a los anales del tenis, como la que el propio Federer infligió al argentino Gastón Gaudio en el Masters del 2005 en Shanghai.

En el otro encuentro, el japonés Kei Nishikori venció al español David Ferrer por 4-6, 6-4 y 6-1, después de que el de Xavea saltara a la pista como sustituto del canadiense Milos Raonic, lesionado en el vasto interno del cuádriceps izquierdo. El propio Milos describió su lesión al señalar que tenía un desgarro de "cinco centímetros de largo, tres de ancho y uno de profundidad", y añadió que había optado por retirarse porque sabía que necesitaría cinco o seis semanas de recuperación y no quería poner en peligro el principio de la temporada de 2015.