Desolación, pesimismo, amargura... Esos eran algunos de los adjetivos que describían el ambiente en el Ruta de la Plata una vez finalizado un encuentro en el que el Zamora CF no fue capaz de ganar al colista y descendido Marino de Tenerife. Este nuevo empate (el vigésimo primero), en esta ocasión sin goles, deja al equipo en la cuerda floja y es que ahora mismo la permanencia en Segunda División B se ve como una meta demasiado lejana a falta de tres partidos. Bien es cierto que matemáticamente es posible, sobre todo la plaza de promoción, pero la realidad es que ayer se dejó escapar una de las últimas balas que había en la recámara.

En líneas generales fue un partido malo de los rojiblancos, sobre todo en una primera mitad en la que se vieron superados en todas las facetas y donde solo hubo una ocasión de peligro en 45 minutos, aunque afortunadamente los isleños tampoco vieron portería. Tras el descanso se igualaron las fuerzas, pero el juego de los de Aguirre era un querer y no poder, que terminó con un punto totalmente insuficiente, y con una sensación de impotencia de unos y otros.

No hubo sorpresas en el once inicial de Aguirre que apostó por Javi Ramos en sustitución del sancionado Alberto Prada, dando entrada desde el inicio a Dani Palacios, que recuperó titularidad en el centro de la defensa. En el resto, los mismos protagonistas, incluido Sergio García que a pesar de no haber atravesado su mejor semana en cuanto a lo físico salió de inicio y lo hizo al igual que hace ocho días, de interior, con lo que la pareja de ataque la formaron Dani Hernández y Granada.

A los dos equipos les costó entrar en el partido. La fría mañana pareció afectar en los primeros minutos hasta que, después de un par de aproximaciones, Sergio García apareció para poner a prueba al meta rival, que pudo lucirse para desviar a córner un gran disparo del delantero, en lo que fue la única ocasión real de los locales en el primer tiempo.

La respuesta de los tinerfeños no se hizo esperar y Balduino, de tiro raso, estuvo a punto de adelantar a los suyos aunque una mano prodigiosa de Sergio Sánchez evitó que el marcador se moviera.