Roberto Aguirre no quiere dar pistas. El entrenador del Zamora prefiere guardar silencio cuando se le pregunta sobre posibles cambios en su próximo once y es que, cuanto menos sepan en el Real Oviedo de sus intenciones, mejor, puesto que el factor sorpresa también puede jugar su papel mañana en el Tartiere. Sin embargo, lo previsible es que sí haya alguna variación respecto al último equipo inicial que se enfrentó al Sporting de Gijón B, aunque habrá que ver si revolucionaria o no. Todo se verá durante los minutos previos al encuentro, aunque la lista de 16 se conocerá antes: después del entrenamiento de hoy. El técnico cuenta ahora mismo con 17 jugadores del primer equipo para hacer la convocatoria, más el integrante del filial Javi Ramos, y, aunque tiene a dos jugadores con problemas, espera poder contar con ellos.

Por un lado está Jacobo Trigo, que parece haber dejado atrás un proceso de anginas mientras que también mejora de sus problemas musculares que ayer le llevaron a trabajar con el fisio. Ramiro también está progresando de la sobrecarga que arrastra en los abdominales, y en principio el entrenador espera contar con ambos, aunque probarán hoy.

Otra de las incógnitas es si Manu Arias regresará a una convocatoria después de muchos meses o volverá a ser el descartado. Sea cual sea su elección, lo que sí sabe el entrenador es que el equipo que acuda a Oviedo estará plenamente motivado y con muchas ganas de disputar y ganar un encuentro muy importante para sus intereses, y también por la entidad del rival y el estadio.

Durante toda la semana, los mensajes de confianza del vestuario rojiblanco hacia el entrenador y en cuanto a sus propias posibilidades han sido una constante, y ahora lo que toca es plasmarlo en el terreno de juego desde el pitido inicial.

Enfrente, el Real Oviedo estará al completo de efectivos, con jugadores que Roberto Aguirre conoce a la perfección y es que ha entrenado a lo largo de su carrera al portero Orlando y Pedro Vaquero, a los que tuvo en Lorca en el año del play-off y después en el Pontevedra, y a Manu Busto, en el Lorca, mientras que «al resto como si les hubiese entrenado porque les conozco a la perfección», señaló.

Con estas premisas se espera un duelo intenso entre dos equipos que están alejados de sus respectivos objetivos, aunque las mayores necesidades aparecen en el cuadro zamorano.

Mientras, Granero se estrenará como entrenador en el Carlos Tartiere después de su debut en Leganés con derrota. El técnico reconocía ayer en la página web del Real Oviedo estar «muy ilusionado», aunque también tuvo palabras para su rival. Al ser preguntado por el encuentro ante el Zamora CF indicó que «nuestra obligación es ganar, pero no tiene que ser una obligación que nos bloquee, sino de seriedad y de hacer las cosas bien. El Zamora es un equipo muy organizado, que empata bastante, lo que indica es que es difícil de ganar. Tenemos que estar muy serios».