La 66ª edición del Trofeo Iberdrola contó con una participación bastante discreta, pero registró una victoria de prestigio que viene a engrosar el brillante palmarés de esta carrera que sortea como puede la crisis y el, cada vez menor, presupuesto. Raúl García de Mateo cumplió los pronósticos que daban al Super Froiz como el indiscutible favorito, y el equipo pontevedrés, que el sábado no había estado todo lo bien que se esperaba, dominó de cabo a rabo la «Clásica de los Saltos» metiendo al final tres corredores entre los seis primeros que entraron en la meta.

La lucha por el maillot del primer zamorano se vio un tanto deslucida por la ausencia de tres corredores de primera línea como son Jaime Rosón, Alejandro Alvarez y Javier Sardá, los tres en un gran momento de forma, pero los compromisos de sus respectivos equipos les impidieron ayer tomar parte en la carrera. De esta forma, el benaventano Cristian Escudero, que este año ha fichado por el Rías Baixas, no tuvo excesivos problemas para conseguir el trofeo al primer corredor de la provincia aunque, como él mismo reconocía al final, el mero hecho de terminar, ya supone un gran esfuerzo para cualquier ciclista. Y si no, que se lo digan a sus paisanos Javier Manzano, Iván Remesal y Arturo Chamorro, que no acabaron.

El Trofeo Iberdrola mengua año tras año, y en esta edición tan sólo entró dentro del calendario autonómico, lo que, junto a la celebración ayer de otras carreras de primer nivel como son el Trofeo Macario de Alcalá de Henares o el Gran Premio San José de Astillero, repercutió en el nivel de los equipos inscritos y algunos de ellos se presentaron en Muelas con unas plantillas que dejaban mucho que desear.

La empresa Iberdrola tiene un serio compromiso con esta carrera que ha llevado su nombre durante casi setenta años y no debe desampararla por mucho que sus presupuestos para el deporte se vean recortados por la crisis.

A todas las contrariedades que parecen acuciar al Iberdrola se sumaba ayer el viento y la lluvia con que amaneció el poblado de Muelas del Pan y que convertiría la carrera en un verdadero calvario para los corredores. Afortunadamente, poco a poco, el sol se fue abriendo camino y la lluvia no llegó a hacer acto de presencia después de las cuatro gotas que cayeron en la salida. Aún así, el fuerte viento que soplaba del oeste también contribuyó a endurecer una carrera ya de por si para titanes. Y de hecho, los jueces cerraron su control en la entrada en meta del corredor número 41, cuando habían tomado la salida cuatro horas antes unas noventa unidades.

Las adversas condiciones meteorológicas hicieron que la carrera tardara bastante en animarse, al contrario de lo que había ocurrido en años anteriores en los que las hostilidades en el pelotón se desataban desde la misma salida. Pero ayer, los corredores tomaron muchas precauciones y no sería hasta el mismo paso por la ciudad de Zamora, en torno a las 13.10 horas, cuando saltasen tres corredores para disputar la meta volante ubicada en la avenida Alfonso IX por donde pasó en primer lugar Jonathan González seguido por Hilario Aroca.

Hasta entonces la carrera había discurrido a un ritmo tranquilo pero, en cuanto el pelotón salió de Zamora, comenzaron los cortes facilitados por los abanicos y empezaron ya entonces a descolgarse muchos corredores. Antes de que los primeros llegasen a la localidad sayaguesa de Fadón se produjo un primer corte que supondría ya una selección definitiva en el que entraron los Super Froiz Noel Martín, vencedor de la pasada edición, Raúl García y José J. Mariño; Oleg Chuzada y Pedro Gregorio Martínez, del Mutua Levantina; Héctor Dueñas (Rías Baixas); Rubén Sánchez (Autrónic), y el ex profesional Pedro Merino.

Mariño pasó en cabeza por el sprint especial de Bermillo de Sayago cuando la carrera estaba rota ya en tres grandes grupos. El primer paquete consiguió unos 50 segundos de ventaja en el cruce de Moralina cuando ya solo eran cinco sus integrantes. La selección siguió realizándose en la primera subida a Villalcampo, donde Dueñas y Sánchez cedieron terreno.

La carrera se convirtió durante la ascensión en un reguero de corredores y por Villalcampo pasaron ya en solitario los que iban a ser los tres grandes protagonistas de la jornada: Noel Martín, dispuesto a reeditar su victoria de la pasada edi-

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