Es, como él mismo dice, presidente por accidente de la gestora del Zamora y le ha tocado hacer frente a uno de los momentos más complicados con inestabilidad institucional y sin financiación que permita seguir adelante. Ahora pone sus esperanzas en la próxima asamblea, a la espera de que alguien de un paso al frente y coja las riendas de un club que, afirma, necesita dinero y un proyecto.

-Llegó al Zamora casi por casualidad y ha llegado a ser presidente de la gestora. Todo un ascenso...

-Casi de casualidad no, llegué de auténtica casualidad. A mí me llamaron una tarde de julio en la que yo iba a una reunión del Colegio de Graduados Sociales con la subdelegada de Gobierno y me llamó Paco Machado (directivo) por teléfono para ver si podía bajar a la primera reunión que tenían para ayudarles a ver como estaban las cuentas. Y como yo soy un chico fácil, salí de allí como secretario. Después se dieron todas esas circunstancias no deseadas, al menos para mí, y acabé de vicepresidente primero y portavoz. Cuando se fue el presidente Maxi Martín nosotros hicimos un ejercicio de coherencia porque podíamos habernos ido o habernos limitado a lo que los estatutos mandan, que es convocar elecciones, pero yo creo que hay que vestirse por los pies, aguantar el tirón y hacer una transición tranquila y trabajada.

-En lo personal, ¿cómo le afectó la dimisión de Maxi Martín como presidente?

-Lo primero que piensas cuando él presenta la dimisión en la asamblea, a pesar de que lo habíamos hablado ya y él lo había manifestado porque su situación de salud no era buena, es menudo marrón que me ha caído encima. Pero luego tienes la primera reunión de trabajo con tus compañeros, un equipo con el que estoy acostumbrado a trabajar porque nos dedicamos a cosas muy similares, y nos entendemos.

-En su momento Maxi Martín decía que quizá era él el culpable de que no entrara dinero en las arcas o empresas que apoyaran y usted también lo ha comentado alguna vez. El presidente dimitió ¿sabe ya quién es el obstáculo?

-El obstáculo es la situación económica que estamos pasando. La estructura de este club está hecha para cuando había mucho dinero. Es un club en el que sin jugar al fútbol ya te cuesta 101.000 euros. Es una estructura que tiene que cambiar porque no se puede sostener y luego hay una masa social muy reducida. El tapón es la crisis y el miedo que tiene la gente. Tú llamas a las puertas ahora mismo y la gente se las ve y se las desea para llegar a fin de mes, cuanto si más si va para algo que es totalmente prescindible como es el fútbol.

-El respaldo del empresario no es amplio, el de la masa social es similar a otros años, pero el de las instituciones sí que lo tienen.

-Sí, con las instituciones no nos podemos quejar. Quizás en este corto periodo de tiempo que llevamos hemos intentado darle tranquilidad, paz y serenidad al asunto porque creemos que es lo que hay que hacer. Puede que ese respaldo venga también por ahí, por la forma de trabajar nuestra y por haber apostado por seguir manteniendo la vida del club como si no hubiera pasado nada y no haber echado los pies por encima. Claro que se agradece el apoyo.

-Una intentona fallida fue el proceso electoral que concluyó sin aspirantes, este miércoles hay una importante asamblea en la que el futuro del Zamora vuelve a pender de un hilo, ¿qué espera que suceda?

-Yo espero, porque tú y yo y todo el mundo sabemos que ha habido reuniones, que esa gente que sí tiene capacidad para llevar esto adelante salga en esa asamblea, se presenten con un proyecto serio y, no nos engañemos, hay que presentarse con dinero. Espero que salga un grupo de empresarios, que los hay en Zamora, que sean capaces de tirar hasta final de temporada porque en ese momento habrá que hacer una reestructuración del club para la temporada siguiente desde los cimientos. Lo que no espero que pase es que todo el mundo se quede callado y que nosotros tengamos que preguntar a los socios si quieren una nueva asamblea para la disolución, eso espero que no pase.

-Según los presupuestos presentados, el club tendría una deuda a final de temporada de 250.000 euros, pero hay quien dice que se alcanzarán los 400.000.

-Tampoco les falta parte de razón. Es evidente que los gastos están presupuestados y van a ser fijos mientras los ingresos no están siendo fijos. Si se hacen cuentas, a 47.000 euros de gasto de media al mes y los ingresos siguen siendo tan cortos y no generas, pues al final puedes llegar a 400.000 euros. Si no se cumple el presupuesto de ingresos, el presupuesto se dispara. Lo único fijo que hay ahora mismo en el Zamora CF son los gastos. Han bajado las subvenciones, tienes que llamar a cada puerta y lo que antes eran cinco ahora son dos. No nos engañemos, si no se generan ingresos y si los que se presuponen fallan, la deuda se puede ir, pero en eso es en lo que hay que trabajar. También año pasado el presupuesto de gastos se nos desfasó mucho, pero el de ingresos también se nos desfasó al alza. Hay que trabajar para que ese desfase se lime, pero si los presupuestos de gastos e ingresos se cumplen, yo me doy por contento. Estarían los 250.000 euros, se reestructura el club y se empieza a limar deuda.

-¿Cree que al socio le ha llegado su mensaje sobre lo mal que está el Zamora?

-No sé si al socio no le llega el mensaje o no hay peor ciego que el que no quiere ver o peor sordo que el que no quiere oír. El socio sí lo entiende, otra cosa es que se implique hasta donde nosotros pedimos. Yo entiendo que a estas alturas es muy difícil pedirle al socio, que ya ha hecho un esfuerzo con la subida del 25 por ciento en el precio de los carnés, más dinero, pero el problema es que no lo hay. La gente tiene que priorizar, y además creo que la distancia entre el club y la ciudad es terrible.

-Lance un mensaje al socio.

-El socio tiene que concienciarse de que este es un club pobre, que tiene vivir con su cantera y que esta ciudad genera muy pocos recursos económicos. Si se quiere fútbol, hay que hacer un esfuerzo entre todos. Lo ideal sería un esfuerzo económico pero entiendo que los momentos son difíciles, pero también soy consciente de que hay socios que tienen más influencias y más puertas abiertas que yo, pues que llamen a esas puertas. Que faciliten la labor de quien se siente a partir del día 19 en el sillón presidencial.

-En la última asamblea, en la que dimitió Maxi Martín, se votaron y debatieron cuestiones que no iban a devolver la liquidez a la entidad, que es el verdadero problema. ¿Serán directos en esta ocasión?

-El mensaje no puede ser más directo. Queda claro en el orden del día; primero hay un vacío de poder ahora mismo, independientemente de que nosotros sigamos trabajando como si no pasara nada, y eso limita las actuaciones a realizar. Pero el mensaje directo al socio es: o nos implicamos todos, nos dejamos de peleas intestinas y de chorradas o el Zamora se cae. El Zamora no es las diez personas que se sientan ahí arriba, el Zamora somos todos. ¿Tenemos que llegar a una situación como la del Oviedo? ¿Salir todos a la calle? ¿En Zamora estamos todos dispuestos a movilizarnos para que el club no baje? O nos implicamos todos, o se rompe en cántaro.