Hay veces que las gradas de los estadios de fútbol podrían denominarse «Zamoranos por el Mundo» y es que es rara la vez en la que el Zamora CF está solo en sus desplazamientos ligueros. En Madrid es algo totalmente habitual por la cercanía geográfica con la capital de España pero Canarias no es una excepción y tanto el pasado 30 de septiembre ante el Tenerife como ayer frente al Marino hubo representación de la provincia entre los pocos aficionados que ocuparon las localidades del Antonio Domínguez.

En esta ocasión fueron Arturo Calvo Devesa y Ricardo Morales los que formaron la pequeña representación de la afición rojiblanca aunque, al igual que pasó en la anterior visita al archipiélago canario, solo pudieron celebrar un punto; el de ayer mucho más traumático por el modo en el que se produjo.

Además de estos dos zamoranos en la diáspora, el equipo pudo reencontrarse con un viejo conocido, un futbolista que estuvo en el club hace varias temporadas, Aarón Darías, y que muchos aprovecharon para saludar y hacerse fotos para el recuerdo, a la espera de que les devuelva la visita dentro de unos meses.

Los que no viajaron fueron los miembros de la gestora rojiblanca y es que, tal y como reconocieron, la situación económica que atraviesa la entidad en la actualidad no invita ni permite este tipo de gastos. Sin embargo, el presidente de la directiva provisional sí siguió el devenir del encuentro desde la lejanía y al término del mismo se puso en contacto con Roberto Aguirre para darle ánimos después del empate en el último suspiro. Isaac Macías le trasladó tranquilidad y ya piensa en el próximo compromiso ante el Rayo Vallecano B en el Ruta de la Plata que no se puede dejar escapar.

El duelo de ayer, además del resultado, dejó golpes entre los jugadores rojiblancos, algunos de los cuales acabaron con vendajes como Josete y Edu Payá que chocaron entre sí. La tensión, como suele suceder en estos casos, fue en aumento con el paso de los minutos, aunque afortunadamente no pasó de ahí.

El equipo regresó después de comer y hoy afrontará una semana más de trabajo ya pensando en el siguiente compromiso en el que la victoria seguro que no se les escapa. Así, lo previsto es una semana habitual de sesiones de trabajo, aunque lo primero a analizar serán posibles consecuencias del desgaste del partido, pero a priori no parece que haya damnificados en este sentido.