El zamorano Martín Ramos alcanzó ayer por fin el campo base del Kangchenjunga tras un largo trecking que se vio retardado en los últimos días por problemas de intendencia con los porteadores. Martín Ramos, que afrontará esta ascensión de nuevo con el asturiano Jorge Egocheaga, pretende iniciar en las próximas horas los trabajos de equipación de la colosal montaña -la tercera más alta del mundo- y la necesaria adaptación a la gran altitud, pasos previos imprescindibles antes de afrontar el ataque definitivo a la cumbre.

Parte del material todavía no ha llegado al campo base y no será hasta hoy cuando se instalen la tienda comedor, la cocina, etc.

La primera impresión de la expedición en la que figuran montañeros de varias nacionalidades es que no hay demasiada nieve en la montaña, lo que complicará la ascensión que tendrá que realizarse por muchas zonas de roca y hielo aunque ya se sabe que las condiciones atmosféricas pueden cambiar todo en cualquier momento.

Precisamente ayer, Carlos Soria, al frente de la Expediciòn BBVA para la conquista del Annapurna (8.91 metros), se vio obligado a descender del campo 3 debido a las avalanchas, en una jornada en la que le vio «las uñas» al legendario monte del Himalaya. «Los tres días que hemos estado fuera del campo base, aunque no hemos pasado del campo 3, nos han servido para ver cómo es el Annapurna en toda su realidad. Y también me han servido para darme cuenta de que no es bueno dejarse llevar por la corriente», señaló el montañero madrileño. Carlos Soria asegura haber visto al verdadero Annapurna, sobre todo cuando se encontraba a 6.400 metros y empezaron los problemas. Los expedicionarios empezaron a abrir hueco en el hielo para colocar las tiendas, cuando comenzaron a producirse avalanchas aunque por suerte «no fueron graves».