El circuito de Melbourne tenía ayer un cierto aire de patio de colegio en el primer día tras las vacaciones. Saludos, risas, buenos propósitos, uniformes de estreno o viejos colores conocidos. La serenidad de los veteranos y el nerviosismo de los debutantes entremezclados en Albert Park, mitad circuito tradicional, mitad urbano. Y entre saludos los veinticuatro pilotos de la parrilla fueron desfilando para la sesión oficial de fotos que marca el inicio de toda temporada.

Los que no fueron convocados por la Federación Internacional a la rueda de prensa oficial hacían corrillos ante sus garajes hablando con los medios. Entre ellos, Fernando Alonso. En este mismo circuito disputaba el asturiano hace exactamente once años su primer Gran Premio en el «Circo». Ahora, con 177 carreras a la espalda, 27 victorias y 73 podios, cumple su tercera campaña en Ferrari y busca su tercera corona mundial tras las de 2005 y 2006 con Renault. La gran duda está en saber si en Maranello han dado con la tecla como para brindar al asturiano un coche competitivo tras las dudas generadas durante los test invernales.

«En estos momentos no sabemos realmente quién va rápido y quién no. Empezaremos a hacernos una idea en la crono del sábado. O puede que nada valga hasta que lleguemos a Malasia, que es un circuito más convencional», señala Alonso, quien hace un alto para saludar al inglés Lewis Hamilton (McLaren), uno de los que estrenan imagen, con una barba muy recortada.

La crono del sábado comenzará a las siete de la mañana (Antena 3/TPA), como la carrera del domingo. Una carrera en la que en Ferrari no se ponen de acuerdo sobre las opciones reales del F2012. «Felipe (Massa) dice que vamos a hacer podio, Pat (Fry, el director técnico) lo ve muy complicado y Stefano (Domenicali, el director deportivo) insiste en que lo importante no es lo que hagamos en la primera carrera, sino ganar el Campeonato», comenta Alonso, un apasionado del ciclismo que encuentra rápido un símil ciclista para dar su opinión: «Esto (el Mundial) es como el Tour de Francia. Son veinte etapas, veinte carreras, y estamos en el prólogo. El Campeonato es muy largo, y lo importante ahora es que el equipo esté unido y con actitud de querer hacerlo bien; que los pilotos confiemos en los ingenieros y en los mecánicos y que ellos confíen en sus pilotos. Y no tengo la menor duda de que Ferrari, antes o después, ganará carreras».

Insistió el ovetense en que de los test de pretemporada no pueden sacarse muchas conclusiones. «No sé cómo vamos realmente, porque una cosa es dar vueltas probando piezas y otra darlas luchando contra el resto de pilotos, exigiendo lo máximo al coche en cada curva. En estos momento no creo que pueda descartarse ni que las cuatro primeras carreras las gane el mismo, ni que las ganen cuatro pilotos de cuatro escuderías diferentes», comentó Alonso, que no consideró que el hecho de que en la parrilla figuren hasta seis campeones del mundo (Schumacher, Vettel, Raikkonen, Hamilton, Button y él mismo) dote al Campeonato de un valor especial. «Al campeón este año se le recordará simplemente como al campeón de 2012, no por haber sido mejor o peor que el del año anterior o por haberlo logrado ante tal o cual piloto».

En cualquier caso, quiere Alonso asentarse en cuestiones positivas. Así, recuerda que el pasado año «estábamos a un segundo de Red Bull y con un coche sin grandes ideas y proyectos. Ahora quizás no sepamos realmente la distancia que nos separa del resto, pero sí sabemos que tenemos un coche realmente nuevo y sobre el que se podrá trabajar mucho, evolucionar mucho, durante la temporada. Es fácil que el coche de ahora se parezca poco al que tengamos en Barcelona, y éste poco también al del último tercio del Campeonato».

Cuando se le pregunta acerca de la excesiva preponderancia del coche sobre el piloto, Alonso afirmó que «en la Fórmula 1 siempre fue así. No recuerdo muchos campeones que lo fueran con el quinto o el sexto mejor coche de la parrilla. Siempre tienes que tener un gran coche para optar a un Campeonato del Mundo».

Preguntado, por último, sobre qué motivos pueden encontrar los aficionados para confiar en el nuevo monoplaza de Ferrari, el doble campeón señaló: «Hay que creer en Ferrari por su historia, por su potencial e incluso por la capacidad de lucha que hemos demostrado. Si no se cree en Ferrari, ya no se puede creer en ninguna escudería».