La selección española, formada por veinte miembros -seis más que en Doha 2010-, cerró los Mundiales de atletismo en pista cubierta con cuatro finalistas y ninguna medalla, igualando su peor resultado en la historia de los campeonatos. Jackson Quiñónez, el único español en competición individual en la jornada de clausura, se despidió desde el último puesto en la primera semifinal de 60 metros vallas con una de sus peores marcas del año (7.82), y el relevo 4x400 llegó quinto.

Quiñónez no solo partió lento de tacos (235 milésimas) sino que tampoco estuvo diestro en la aproximación a la primera valla. Ahí voló demasiado, perdió el ritmo y no pudo eludir el último puesto. El relevo español 4x400, formado por Mark Ujakpor, David Testa, Samuel García y Xavier Carrión, había hecho historia ya al meterse por vez primera en una final mundialista y en la última carrera eludió, incluso, el último lugar. Ujakpor entregó cuarto a Testa, pero el asturiano cayó en la segunda posta al sexto y último puesto. Un error del equipo polaco permitió, no obstante, a España evitar la plaza de colista (quinta con un tiempo de 3:10.01).