Hasta el día que Vicente del Bosque dé a conocer la lista de los 23 futbolistas que se llevará a la Eurocopa de Ucrania y Polonia, el debate sobre los delanteros lo va a ocupar todo. No hay otra posición que ofrezca semejante abanico de aspirantes y tantos condicionantes. En el último ensayo jugado esta semana ante Venezuela, Roberto Soldado vio crecer sus opciones tras firmar tres goles en el segundo tiempo que llegan para refrendar la gran temporada que está haciendo en el Valencia. Mientras sus acciones crecen bajan en

picado las de Torres o Negredo.

Tremendo galimatías esconde la elección del delantero o los delanteros centro que Vicente Del Bosque va a llevarse a la Eurocopa de Ucrania y Polonia. Mucho más después de que el último en llegar, Soldado, se convirtiese en el protagonista de la goleada frente a Venezuela. Se dispara su cotización, desciende la de sus opositores mientras en el entorno del equipo se disparan las hipótesis y las apuestas.

España es un equipo complicado para estas cuestiones. La mayoría de selecciones viven encorsetadas en uno o dos sistemas en los que se sabe perfectamente el número de puntas que van a necesitar en un torneo de menos de un mes de duración como es la Eurocopa. Pero el equipo de Del Bosque es otra historia. España juega básicamente con centrocampistas y eso implica en ocasiones la renuncia a utilizar un delantero centro puro. El actual campeón del mundo se ha convertido en uno de los innovadores que se han atrevido a utilizar lo que ahora se conoce como "falso nueve", papel que suele desempeñar, al igual que sucede en el Barcelona, Cesc. España prioriza la presencia de los Xavi, Iniesta, Mata, Silva o Cesc.

El delantero (uno por lo general) aparece para culminar el recital de toque que ponen los que juegan a su espalda. Sucedió ante Venezuela. El centro del campo español enloqueció con su facilidad para combinar, para entrar en el área tirando paredes como si aquello fuese un rondito. Solo en el último momento buscaban al delantero para que culminase la obra. Ocurrió en los goles de Soldado, convertido por sus compañeros en el héroe del partido. Pero ¿qué sucederá en una Eurocopa?

Del Bosque tiene que trabajar en diferentes supuestos, en partidos que se tuercen, en los que hay que remontar, en defensas con un poderoso juego aéreo, otras con centrales menos solventes por alto, en momentos desesperados, en encuentros que exijan la presencia de dos puntas. Y para todo hay que tener una solución de emergencia y los futbolistas necesarios para desarrollar ese papel. Y ese es el sudoku que tiene pendiente de resolver. Dando por hecho que no surgirán problemas inesperados en forma de lesiones de última hora y que en la relación definitiva aparecerán todos los "pequeños" que convierten algunos partidos en un recreo, Del Bosque tiene cinco futbolistas para elegir dos nombres aunque hay quien pronostica que solo será uno.

Del Bosque esperará con absoluta seguridad a David Villa hasta el último día posible. El delantero asturiano, que se rompió la pierna hace meses, continúa con su proceso de recuperación con el objetivo de llegar en condiciones a mediados del mes de mayo. Tiempo suficiente para probarse y para demostrarle al seleccionador su estado de forma. El técnico salmantino, amigo de compromisos morales, ha manifestado en ocasiones su "obligación" de esperar por un futbolista que jamás le ha fallado. Además, Villa es un "nueve" diferente a los demás, con mayor capacidad para caer a la banda, para disfrazarse de centrocampista y abrirle espacio a la segunda línea. Si Villa llega a tiempo posiblemente condicione la elección de alguno de sus compañeros de línea.

Llorente tiene todas las papeletas en caso de que en la lista de 23 haya un "tanque" capaz de dominar el juego aéreo para darle otra solución al equipo aunque sea antinatural para un grupo que juega con tanta obsesión por la circulación. Está muchos pasos por delante de Negredo, que parece haber perdido buena parte de sus posibilidades. Soldado aparece en la pelea con serias posibilidades. Su temporada en el Valencia le avala y su regreso el miércoles a las convocatorias internacionales resultó brillante al anotar tres goles.

No habrá más amistosos antes de la lista y el peso del último recuerdo puede tener un inmenso valor a ojos de Vicente Del Bosque. El crecimiento del delantero del Valencia también tiene mucho que ver con la caída de Fernando Torres. El delantero del Chelsea vive lastrado por sus problemas físicos y por la falta de confianza de su entrenador, Villas Boas, que parece no creer en él. Por primera vez en mucho tiempo se cayó de una convocatoria con lo que Del Bosque ha querido enviar una señal contundente. Tiene que hacer algo hasta mayo si quiere volver y no parecen darse las circunstancias para que eso ocurra. Su importancia en el grupo y su hoja de servicios en el pasado juega a su favor, pero la pelea y los rivales son demasiado duros en estos momentos. Del Bosque tiene dos meses y medio para decidir. Lo hará en silencio, pero siempre con la vista puesta en la evolución de David Villa.