El Alavés no permitió respiro alguno a un Zamora que a los seis minutos de partido ya tenía el marcador en contra tras una pérdida de balón en el centro del campo que acabó habilitando a Sendoa para que éste se presentase en un mano a mano con Sergio Sánchez al que batió por bajo en su salida para poner el 0-1 en el marcador que dejó a los locales más fríos de lo que incluso habían salido al rectángulo de juego.

Bien es verdad que los vitorianos se jugaban bastante más que los zamoranos en la tabla y quizá por este mismo motivo salieron más enchufados al partido que un Zamora que desde algunas jornadas se está quedando cada vez más en tierra de nadie, lejos de los de abajo y todavía algo más lejos de los de arriba.

Tuvo que ser en una de las especialidades de la casa rojiblanca en la presente temporada, es decir, a balón parado, la forma en la que el Zamora pudo meter algo el miedo en el cuerpo a los alavesistas y es que hasta en dos ocasiones de forma consecutiva se rozó el empate con dos faltas que a la altura del banquillo local sacó Nacho Matador hacia el área visitante donde Jona no acertó con las redes de la portería defendida por Rangel que vio como en uno de los remates el balón salió rozando la base del poste derecho. Eran acciones en las que los de Roberto Aguirre metían el miedo en el cuerpo al Alavés cuyo guardameta, Rangel, evitaba la igualada respondiendo con una gran estirada tras un remate de cabeza de Jona.

A la media hora de juego el cuadro blanquiazul se encontraba con un nuevo regalo de los zamoranos que volvían a perder otro balón en la divisoria de ambos terrenos, circunstancia que aprovechó Casares para «cabalgar» por la banda derecha, llegar casi hasta la línea de fondo sorteando contrarios y soltar un centro medido hacia el área donde su compañero Azkorra no se lo pensaba dos veces para rematar sobre la marcha lejos del alcance de Sergio Sánchez que de esta manera encajaba el segundo gol.

Es posible que fuera demasiado premio para los vitorianos pero la verdad es que el Alavés había aprovechado a la perfección los dos regalos de los zamoranos para encarrilar el partido y dejarlo casi sentenciado, aunque esto último ya era mucho decir ya que por delante quedaba toda una hora de encuentro y en el «Ruta de la Plata» se esperaba la reacción de los locales, una reacción que tenía que esperar al segundo tiempo ya que al descanso se llegó con ese más que preocupante 0-2 que había en el marcador desde el minuto 30.

Tampoco le rodaron mucho mejor las cosas al Zamora tras la reanudación y es que el Alavés daba la impresión que estaba dispuesto a lograr el tercero y cerrar cuanto antes la confrontación. Así, a los cuarenta y ocho minutos Sendoa remataba para estrellar el cuero en la parte lateral de las mallas, acto seguido Casares, que creó muchos problemas por su banda derecha, remata alto y Manu Arias se veía obligado a mandar el balón a córner para evitar el remate de Quintanilla que se disponía a «fusilar» a Sergio Sánchez poco menos que a placer dentro del área pequeña.

Desde el banquillo, Roberto Aguirre introducía el primer cambio para dar entrada en el campo a Jorge Hernández y sacar del mismo a un Juanra que había ido de más a menos. Miguel Santos se colocaba en el interior derecho, Jairo pasaba a actuar como extremo izquierdo y Jorge hacía de enlace con Jona en el ataque; ésta fue una situación que duró hasta el minuto 71 cuando Hugo Aguado sustituía a Miguel Santos.

Con anterioridad a este segundo cambio del Zamora, el Alavés tuvo el 0-3 en la cabeza de Azkorra a quien, de forma incomprensible, se le fue su remate por encima del larguero.

Del posible 0-3 se pasó al más que esperanzador 1-2 que Josete consiguió tras lanzar de forma magistral un libre directo unos cinco metros fuera del área. El gol metía de lleno en el encuentro a un Zamora que volvía a soñar con al menos sumar un empate.

Fue una recta final de confrontación en la que el Alavés lo empezó a pasar mal ante el empuje de los rojiblancos que ya con anterioridad al gol habían tenido una buena ocasión en las botas de Dani Mateos de haber logrado el tanto pero el remate del canterano fue desviado por Rangel.

Jorge Hernández también tuvo su oportunidad para poner el dos a dos en el marcador pero su tímido remate lo tocó lo suficiente el cancerbero visitante para evitar que el esférico llegase al fondo de su portería en lo que fue la última aproximación con peligro de un Zamora al que se le acabó escapando el choque.

Fue una derrota que llegó más por errores propios que por virtudes de un Alavés que va a tener que trabajar bien y mucho para dar «caza» al cuarto puesto del que se encuentran a cinco puntos, aunque el Amorebieta, dueño de esa cuarta plaza, todavía tiene pendiente jugar el partido aplazado en el «Helmántico» frente al Salamanca. Y mientras tanto, el Zamora ya ha comenzado a pensar en el próximo rival, la Arandina en «El Montecillo».

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