«Ha sido una auténtica aventura», con esta frase resumía el zamorano José Ángel Hidalgo (ex atleta) la competición que afrontó junto a su amigo Jesús Vicente «Súper» (ex baloncestista) en los Pirineos, participando en la segunda edición de la Transpyr en mountain bike.

En ocho etapas, Hidalgo y Súper fueron desde la zona este de los Pirineos en el Mediterráneo (salida en el Cabo de Creus, Rosas) hasta el oeste con llegada al Golfo de Vizcaya (San Sebastián) para acabar en la décimo cuarta posición en la general de 120 equipos que participaron en esta prueba-aventura en bicicleta por tierras pirenaicas.

Se trata de una prueba que está catalogada como una de las más duras del mundo con ocho etapas en las que los participantes afrontaban algo más de cien kilómetros por día con un desnivel acumulado que llegaba a los 21.000 metros y con una participación en la que había equipos profesionales de Francia, Italia, Bélgica, Holanda, México, etc.

Hidalgo y Jesús Vicente «Súper» ya se habían planteado el año pasado llevar a cabo esta aventura y que en esta edición la han hecho realidad «aunque sin apenas haber tenido tiempo de entrenar por temas de trabajo, pero el resultado ha sido muy bueno», apuntaba a «LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA», José Ángel Hidalgo quien reconocía que habían acumulado algo más de 60 horas en la bicicleta para cubrir las ocho etapas que les iban a llevar desde Rosas hasta San Sebastián y que estuvieron repartidas de la siguiente manera:

1ª etapa: Rosas-Camprodón.

2ª etapa: Camprodón-La Seu D´Urgell.

3º etapa: La Seu D'Urgell-El Pont de Suert.

4ª etapa: El Pont de Suert-Ainsa.

5ª etapa: Ainsa-Jaca.

6ª etapa: Jaca-Isaba.

7ª etapa: Isaba-Elizondo.

8ª etapa: Elizondo-San Sebastián.

Fueron ocho días de una gran dureza ya que las etapas daban comienzo a las ocho de la mañana y solían acabar sobre las cuatro o las cinco de la tarde; al término de las mismas, los dos zamoranos se ponían manos a la obra para limpiar las bicicletas y arreglar las averías de las mismas con el fin de que estuviesen en las mejores condiciones para afrontar la siguiente etapa. Tampoco fue demasiado fácil conciliar el sueño ya que los participantes se metían en sus respectivos sacos para dormir sobre los suelos de los pabellones de las localidades que eran final de una etapa y principio de la siguiente.

Ante la novedad que representaba para ellos afrontar esta prueba de mountain bike, Hidalgo afirmaba que «salimos conservadores porque no sabíamos lo que nos esperaba pero poco a poco fuimos viendo que superábamos las dificultades y terminamos de menos a más; la verdad es que subíamos con los mejores pero las bajadas eran muy técnicas y esto nos perjudicaba a la hora de seguir a los de cabeza. Algunas veces había que bajarse de la bicicleta y empujarla durante más de una hora, pero la verdad es que mereció la pena porque aunque ha sido duro, también hemos disfrutado», concluía José Ángel Hidalgo.