El proceso de aclimatación a la altitud de Martín Ramos está llegando a su final dentro de los planes previstos y el zamorano podría comenzar a pensar en el ataque definitivo al Makalu en cuanto se produzca una ventana de buen tiempo.

Tras unos días de mal tiempo, el pasado sábado afrontó la ascensión al campo 3 Makalu La (7.400 metros), una vez superada la fuerte tos que sufría Martín Ramos. Los primeros en salir el viernes 29 fueron sus compañeros de expedición, la suiza Joelle Brupbacher junto al navarro Oscar Fernández, que fuera compañero del fallecido Iñaki Ochoa. El sábado 28 Jorge Egocheaga y Martín Ramos, demostrando de nuevo su gran poderío físico, realizaron de un tirón la subida que va desde el campo base avanzado hasta el C3 y descendieron a pernoctar a los 6.700 metros. Los mismos planes llevaban el esloveno Peter Hamor y el rumano Horia Colibasanu pero no disponemos de datos sobre su ruta.

El domingo 28, Martín y Jorge Egocheaga realizaron una nueva ascensión, esta vez por encima de los 7.400 metros, comenzando la arista final que lleva a la cumbre y en la misma jornada regresaron al campo base en otro alarde de condiciones físicas.

El proceso de aclimatación finalizará con una nueva ascensión para pernoctar en los campos de altura que ya habrán dejado equipados. Por el momento, se desconoce cuando podrán volver hacia arriba ya que las predicciones meteorológicas son pesimistas para lo que resta de semana.

Por otra parte, el montañero aragonés Carlos Pauner se ha recuperado de la deshidratación sufrida al subir al campo II (6.400 metros) del Lhotse (8.516) el pasado 28 de abril, tras descansar en el campo base de la citada montaña. «He bebido litros y litros de líquido para intentar recuperar la deshidratación brutal con la que volví del campo II», indicó ayer el himalayista de Jaca (Huesca) que ha explicado que cuando subieron al citado campo de altura ya tenía problemas de estómago y de garganta. A pesar de ello, Pauner pensaba que era el momento de dar un paso importante en la aclimatación».