La memoria popular no siempre es justa. Hay protagonistas que no son recordados cuando acumularon méritos para pasar a la posteridad. Le pasó a un delantero centro del Barça, nacido en el pueblo de Santpedor, como Pep Guardiola, Jordi Vila, que falleció ayer en Ciutadella (Menorca), donde residía, a los 81 años.

Jordi Vila fue uno de los grandes goleadores del Barça en los inicios de la década de los 50, el conocido como equipos de las Cinco Copas. Un once que mandaba Ladislao Kubala y que en la temporada 1951-52 ganó todos los títulos posibles en aquella época: la Liga, la Copa del Generalísimo, la Copa Eva Duarte (Supercopa), la Copa Martini Rossi y la Copa Latina, precedente de la Copa de Europa. Vila, un jugador muy fuerte físicamente, fue el tercer máximo goleador de aquel Barça (19 goles), sólo por detrás de Kubala y César.

Pero el responsable de que el nombre de Vila haya quedado escondido, es ni más ni menos que el cantautor Joan Manuel Serrat, un acérrimo seguidor azulgrana, y que dedicó unos versos de una canción nostálgica, «Érase una vez», a una de sus grandes pasiones de infancia: el fútbol. Serrat retrata la Barcelona de posguerra de los años 40 y 50, con sus miserias y pequeñas alegrías, una de las cuales cierra una de las estrofas, recitando una delantera azulgrana formada por Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón. Una formación que ha pasado al imaginario colectivo en Cataluña pero que no es la delantera del Barça de las Cinco Copas. En la temporada 1951-52, el que jugaba junto a Kubala era Vila y no Moreno, que sólo se alineó en tres partidos. Jordi Vila, rubio y corpulento, siempre dispuesto a resolver dentro del área, anotó 10 goles en la Liga y 9 en la Copa del Generalísimo, uno de ellos en el 4-2 de la final ganada al Valencia en Madrid.

¿Por qué Serrat se olvidó de Vila? Hay dos teorías. Una de ellas sostiene que la madre del cantautor procedía de Aragón y que tenía simpatía por su paisano Moreno. La otra, que parece más fiable, es que en la métrica de la canción no ligaba con Vila y que Moreno encajaba mejor. Jordi Vila participó en un homenaje que se hizo en octubre en el «Camp Nou» a los supervivientes del Barça de los 50, junto a otros mitos azulgranas como Antoni Ramallets o Estanislau Basora.

El Alzheimer lo tenía bastante castigado y fue uno de sus hijos quien comentó que «mi padre hacía años que vivía en Menorca y un día se encontró con Serrat allí. Le preguntó la razón del olvido o del cambio. A él lo tuvo un poco enfadado durante varios años. Joan Manuel le dijo que la razón era por la musicalidad, aunque mi padre todavía desconfiaba y se pensaba que era por la madre del cantante...

Jordi Vila no tuvo suerte en el Barça. Al acabar aquella fabulosa temporada, fue operado de menisco en junio de 1952, una intervención muy delicada en aquella época. No fue nunca más el mismo y perdió su puesto de titular, ahora sí, en beneficio de Tomás Hernández Burillo, conocido en el mundo del fútbol como Moreno, y que firmó una gran campaña con 22 goles en 30 partidos de liga. Quizás era cuando Serrat iba al campo de Les Corts y la delantera que quiso inmortalizar fue la del ejercicio 1952-53. Quién sabe. Vila dejó el Barça para jugar en el Valencia (6 goles) y en el Betis (16). Pero su mejor temporada azulgrana quedó en el olvidó... por culpa de Serrat.

Érase una vez,

cuando salíamos del cascarón

con el oro en Moscú

la paz en el cuello

la flota en el puerto

y la lengua en el culo

con los símbolos en los rincones

en agua en la fuente

las restricciones

y el hombre del saco

Érase una vez

que más que buenos o malos tiempos

eran los míos y han sido los únicos.

Tiempo de estraperlo y tranvía

farinetas (gachas de harina) para cenar

y retrete y gallinero en la galería

Tiempos de «Una, Grande y Libre»

«Metro Goldwyn Mayer»,

«Lo toma o lo deja»,

«Gomas y lavajes»

Quintero, León i Quiroga;

pastelitos y sabañones

Basora, César, Kubala, Moreno i Manchón

Érase una vez

que temprano y mal

lo supimos todo

quién eran los reyes

de dónde vienen los niños

y qué come el lobo.

Todo mezclado con el Palé

y la Formación del Espíritu Nacional

y los primeros viernes de mes

Señora Francis, ¿me entiende?

con estos conocimientos

¿que se podía esperar de nosotros?

si aún no sabemos, señora

qué seremos cuando seamos mayores

los hijos de un tiempo,

los hijos de un país huérfano