El palentino Santi Guerrero, poseedor de un firmamento de triunfos en competiciones de largas distancias de piragüismo, e integrante junto a Jorge Alonso del legendario K-2 de los Palentinos, estuvo ausente, tras su retirada, este fin de semana en Bañolas en el Mundial 2010 después de una década en la que ha sido un deportista sin excusas, un aficionado con actitud profesional.

Agradecido, sin enemigos, divertido, fotógrafo semiprofesional, buen compañero, este es el eco que deja el fin de trayectoria deportiva de Guerrero, que este fin de semana recogió en su cámara las instantáneas que generó el Campeonato del Mundo de Maratón, en el que España ha revalidado el título por países.

Guerrero (26 octubre de 1974) reúne una prolija relación de medallas con destellos de sus títulos en todas las grandes competiciones de larga distancia, entre ellos los de campeón del mundo de maratón, ganador del Descenso Internacional del Sella y vencedor de la Regata K-4 Príncipe de Asturias.

Ha mantenido incondicional lealtad a su club de toda la vida, el Palentino, al que se vinculó de niño. Con solo 9 años empezó su periplo piragüístico a las órdenes de Fernando Delgado, el técnico al que agradece haberle «sacado» cuando era chaval, y el único que ha tenido junto a Juan Manuel Sánchez, su entrenador-amigo referente en la plenitud.

«He decidido retirarme porque me encuentro ya cansado psicológicamente, he dejado de disfrutar», ha confesado este Policía Local de Palencia, que se siente «sobre todo feliz» por el gran número de amigos y conocidos que le ha proporcionado el deporte.

Asegura que ya tenía «ganas» de quitarse el Sella «de encima», por eso cuando logró ganarlo en 2007, tras una década de podios y otros puestos, le hizo liberarse de esa presión.

El castellano leonés se siente «privilegiado» por haber formado pareja en la elite de la competición mundial de largas distancias con otro palentino, Jorge Alonso, «enorme como compañero» y un palista «buenísimo» en las pruebas de pista.

Alonso sobrelleva con inevitable sentimiento de «nostalgia» haber perdido la que fue la otra parte de su K-2 durante las últimas once temporadas. «Teníamos muchos detalles automatizados», ha admitido el palista, que consiguió con Albert Corominas el «reto» de repetir podio, esta vez sin el hasta ahora inseparable Santi Guerrero y obtuvo una meritoria segunda plaza por detrás de otra embarcación española.

El seleccionador español de maratón, Juan Carlos Martínez, ha reconocido que la retirada de Guerrero priva al equipo nacional de un compañero «excepcional», de uno de los integrantes que «más y mejor» contribuía a «hacer equipo» por la «implicación» y el «ejemplo» de comportamiento y «actitud» que mostraba con los más jóvenes.

Para Juan Manuel Sánchez, el campeón mundial de K-2 500 en 1991, haber entrenador a Santi Guerrero ha sido un «orgullo» porque su comportamiento fue el de un deportista «ejemplar», «disciplinado» y «cumplidor», al que le bastaba enviarle los planes de entrenamiento por correo electrónico con la seguridad de que los cumpliría hasta el «último» detalle.

«Un profesional, con mayúsculas, y siempre un hombre sin excusas», es el recuerdo que ha dejado al técnico el tiempo compartido, ese que ambos han querido representar en un regalo de despedida, que también ha plasmado su sintonía, ya que el reloj elegido casualmente era la misma marca e idéntico modelo.

Su compañero en las aguas de todo el mundo, Jorge Alonso ha tenido que afrontar este Campeonato sin Santi Guerrero. El palista, también palentino, aseguraba que ha tenido que «pensar» muchas cosas que antes tenía «automatizadas». Pese a ello, la pareja española ha podido conseguir una nueva presea, en esta ocasión de plata, que es un gran resultado.

«¿El cambio de compañero?», ha intervenido un bromista Guerrero al escuchar la pregunta formulada al palista con el que ha logrado subir siete veces al podio en campeonatos del mundo, «¡A mejor, no hay más que verlo!», ha ironizado al recordar el sexto puesto del pasado año en Crestuma.