Portugal necesita apagar un incendio y el presidente de su federación abrió la caja de las ideas y pensó en el bombero Mourinho. Gilberto Madail quería cerrar la crisis con una solución brillante, gran idea para desviar la atención de un equipo destrozado, un cadáver de la mano de Queiroz, fulminado por resultados mediocres en el arranque del camino a la Eurocopa de 2012. Pensó en cortar la hemorragia por lo sano pero entretanto metió al Madrid en un festival que deja con cara de póquer a Valdano porque no puede autorizar o negar un asunto que ni siquiera la han consultado.

Le picó a Mou el gusanillo y pensó en un servicio exprés a la patria. «Lo haría gratis, pero estoy en el Madrid y no sé si ellos lo entenderán». Viajó y ganó el sábado en San Sebastián pero la marimorena se formó a la hora del regreso. La pregunta de una periodista portuguesa en Anoeta fue suficiente para prender una mecha a la que Mourinho le tuvo que pegar un pisotón a las 2 de la madrugada, ya en el aeropuerto de Vitoria. La amenaza de explosión era alta y requería una actuación contundente.

En los días de la información en tiempo real los twitters echaban chispas por la que había liado Mou. «No entiendo por qué no puedo ir, voy a estar diez días de vacaciones en Madrid», dijo a la televisión de su país. Subió al autobús tan contento con los tres puntos de Anoeta, sin sospechar que el mechero y la lata de gasolina estaban tan cerca.

Tuvo su gracia la rueda de prensa de urgencia. El reloj de pared sobre la cabeza de Mou delataba lo estrambótico de la situación: dos y diez de la madrugada. Y llegó la aclaración. «La periodista portuguesa me ha dicho que no ha habido reunión entre el Real Madrid y Portugal, y yo le he dicho que no entiendo por qué no la ha habido. Valdano me ha dicho que Portugal no ha pedido ninguna reunión. Lo que quería decir es que si la federación portuguesa está en Madrid, no entiendo por qué no la pide».

Mourinho montó el trabalenguas para cerrar la polémica de la semana. Juega feo pero gana el Madrid, marca por fin (de rebote) Cristiano, pero se habla del préstamo del entrenador a su selección.

Antes de la aclaración aeroportuaria, Jorge Valdano, en su papel de director general había explicado que el caso es que no hay caso. «No tenemos la necesidad de responder porque la Federación portuguesa no ha hecho una propuesta formal por Mourinho. En caso de la que la hicieran, la analizaríamos, pero no ha sido así».

Queda retratado Gilberto Madail. El presidente del fútbol luso se monta un viaje a Madrid, coquetea con el entrenador, le engatusa con dos partidos (Islandia y Dinamarca) para ganarse el corazón de Portugal pero luego no remata la jugada y en el Madrid solo saben de qué va el asunto por lo que leen en los periódicos. Así que mientras los vecinos dejaban casi cerrado un acuerdo con Paulo Bento para guiar una nave a la deriva, el que quemaba su imagen era el dueño del banquillo de la Castellana.

Eso sí, el entrenador había puesto de su parte para que el asunto creciese. Sin Liga el segundo fin de semana de octubre, la huida será masiva en Valdebebas. En Madrid se quedan Granero, Mateos y Pedro Léon. «Si voy con la selección también tendrá a tres jugadores de mi equipo (Cristiano, Carvalho y Pepe)», había dicho Mourinho cuando la historia empezaba a calentarse.

El calendario marca los días 8 y 12. La carrera hacia la Euro de 2012 acaba de comenzar pero Portugal ya se ha metido en un buen lío. Empate en Lisboa (4-4 contra Chipre) y derrota luego (1-0) en Noruega. Se complica el camino y esperan Islandia y Dinamarca. El sueño de tener a Mourinho ya se desvaneció. Será una tarea para Paulo Bento.