Con buen humor, y una sesión basada en la recuperación activa de la plantilla, el Zamora regresó al trabajo en el día de ayer tras obtener un empate en el derbi regional ante la Cultural Leonesa.

A pesar de la mala situación actual en la clasificación del conjunto que dirige Iñigo Liceranzu, el entrenamiento efectuado en la mañana de ayer careció de nervios, tensión o caras largas.

Los jugadores no están preocupados tras no haber sumado ningún triunfo en las tres jornadas de liga que se han disputado hasta el momento. Parecen concienciados de poder mostrar las virtudes que se le presupone a este plantel para comenzar pronto a acumular puntos de tres en tres. Un objetivo que estuvo muy presente durante la liviana sesión de entrenamiento que se llevó a cabo en el «Ruta de la Plata».

Los titulares en el último encuentro jugado en el «Reino de León» realizaron carrera contínua y una corta sesión de gimnasio con escasa carga en la mañana de ayer, mientras que -a la par- Héctor Peña, Jorge Hernández, Mario Núñez, Hugo Aguado, Saúl y los los porteros Rubén y Miguel, estuvieron bajo la tutela del preparador físico Javi Laburu completando diversos ejercicios con balón sobre la hierba de los anexos.

Tanto en un grupo como en el otro se pudo observar como las conversaciones se dirigían a minimizar fallos y a levantar el ánimo tras ver como se escapaba el primer triunfo liguero por falta de definición en la segunda mitad. Un periodo en el que la escuadra de Liceranzu volvió a mostrar su capacidad de reacción, esa que se espera sea infalible en los próximos días. Y es que, este parece el momento propicio para conseguir inaugurar el casillero de victorias, pues el Zamora afrontará sus dos siguientes duelos ligueros como local.

Seis puntos -o lo que es lo mismo, vencer ante Eibar y Caudal- darían seguridad al conjunto rojiblanco y lo situarían fuera de la zona de peligro, aunque de momento la situación no es preocupante.

La inquietud dentro de las filas de la escuadra del Duero se centra ahora mismo fuera de los terrenos de juego. Concretamente en la enfermería.

Liceranzu, que busca estabilizar el conjunto para que juegue siempre como en los últimos 45 minutos disputados en León, cuenta con pocos efectivos para realizar cualquier tipo de «revolución» para alcanzar este objetivo dadas las bajas de cinco de sus jugadores.

Jeffrey, Pablo Suárez y Adrián, tres hombres que deben ser importantes en el Zamora esta temporada, no pudieron ejercitarse ayer; mientras que Germán Beltrán, quién iba a marcar las diferencias en el ataque rojiblanco, y Noel se ejercitaron en solitario con bastante precaución en el día de ayer.