Robing Soderling, quinto cabeza de serie, cerró en octavos de final la aventura del español Albert Montañés en el US Open (4-6, 6-3, 6-3 y 6-3), cuarto y último «Grand Slam» de la temporada, y se medirá ahora en los cuartos de final al suizo Roger Federer, que apenas tuvo problemas con el austriaco Melzer.

El de San Carles de la Rápita se marchó del torneo después de empezar muy bien, concentrado sobre la pista y dominando a su rival desde el fondo de la pista, pero el finalista en Roland Garros reaccionó a partir de ahí, y amparado en la fortaleza de su saque (15 «aces») y en el paulatino debilitamiento del contrario (9 dobles faltas), se impuso sin excesivas complicaciones.

Montañés, una de las sorpresas del torneo con su clasificación para octavos de final, saltó muy «enchufado» a la pista Louis Armstrong y, tras cuatro juegos de tanteo, logró romper el servicio de Soderling aprovechando que el brazo derecho del nórdico todavía no había despertado. Fue la única bola de 'break' que disfrutó en todo el partido y le bastó para apuntarse la primera manga por 6-4.

Tras este susto inicial, Soderling empezó a sacar mucho mejor y elevó las potencias de sus golpes, provocando que el español tuviera que correr de lado a lado de la pista. Al final llegó el 'break' de Soderling y el equilibrio al partido, que pasó en un suspiro al cuarto set, ya que al sueco, apoyado en siete «aces», le bastaron 28 minutos para apuntarse la tercera manga.

En el cuarto set, Montañés recompuso su juego, pero ya era demasiado tarde porque Soderling rendía a pleno rendimiento, provocando que la diferencia de calidad inclinara el partido de su lado. Pese a que no tiró la toalla, el cansancio y los latigazos de del sueco terminaron con la aventura de Montañés, que perdió su saque en el quinto juego, epílogo del final de su aventura en Nueva York.

Ahora, el jugador de Tibro, por segunda vez en los cuartos en Flushing Meadows, vivirá un bonito duelo contra Federer, pentacampeón en la «Gran Manzana», y que logró meterse entre los ocho mejores de un «grande» por vigesimoquinta ocasión consecutiva con toda una exhibición de tenis ante la que nada pudo hacer Melzer, que cayó en tres sets.