Roger Federer alcanzó sin grandes complicaciones la segunda ronda del Abierto de Estados Unidos tras superar al argentino Brian Dabul, en un partido en el que dejó una de esas jugadas que quedan para la historia, al repetir el punto que consiguió el pasado año ante Novak Djokovic en las semifinales.

Federer, que ha jugado consecutivamente las últimas seis finales en Nueva York con cinco triunfos, no le hizo falta desplegar su mejor juego para imponerse por 6-1, 6-4 y 6-2, en poco más de hora y media de juego.

El partido se desarrolló en su primer set según las directrices que marcaba el suizo para lo bueno, trece golpes ganadores, y para lo malo, once errores no forzados, en una dinámica en la que Dabul apenas pudo oponer resistencia.

En la segunda manga, el jugador argentino perdió de nuevo el servicio en el tercer juego pero no le perdió la cara al partido. Federer sólo aprovechó una de las diez bolas de rotura de las que dispuso pero eso le bastó para apuntarse por 6-4 un set en el que consiguió el que probablemente vaya a ser el punto del torneo.

Con 5-4 a su favor y ventaja del argentino, Federer rememoró el punto que consiguió el pasado año ante Djokovic en las semifinales del Abierto de Estados Unidos y que muchos han catalogado como el mejor de la historia.

El helvético de nuevo devolvió una bola imposible desde el fondo de la pista entre las piernas para apuntarse el punto, ante la sonrisa de resignación del argentino que no daba crédito a lo sucedido.

Con dos sets en el bolsillo el número dos del mundo no concedió ninguna alegría al argentino y se apuntó el tercer parcial por 6-2. El jugador helvético se medirá en segunda ronda al alemán Andreas Beck.