Nueva York

El tenista suizo Roger Federer, cabeza de serie número dos, se adjudicó su quinto título consecutivo en Flushing Meadows después de derrotar al escocés Andy Murray, sexto favorito, en la final del US Open, cuarto y último "Grand Slam" de la temporada, en tres sets, por 6-2, 7-5 y 6-2 en 1 hora y 51 minutos.

El suizo, que ganó su primer ´Grand Slam´ del presente curso, después de perder en Wimbledon y Roland Garros con Nadal, retornó a su mejor nivel para agrandar como acostumbra (»Me siento como en una segunda casa», dijo) cada año su leyenda en Nueva York, y alimentar el debate sobre si es el mejor tenista de la historia.

Roger Federer, acumula ya 13 "grandes" (3 Abiertos de Australia, 5 Wimbledons y 5 US Open) a lo largo de su carrera, se convirtió, además, en el primer tenista desde el estadounidense Bill Tilden -siete victorias, seis seguidas- en 1924 que logra cinco triunfos seguidos en el Abierto estadounidense.

Pero el tenista suizo logró algo aún más importante: Volvió a desplegar el tenis que le aupó a llevar el dorsal número uno del mundo. Jugando con un alto porcentaje de primeros servicios, el de Basilea vivió cómodo con su saque y empezó a meter presión con su exquisita calidad en cada golpe.

Federer ha declarado que no será el último sus trofeos y que volverá «a luchar por cada torneo». para ser el mejor tenista de la historia.

A favor contará con la plasticidad y efectividad de su tenis y, en contra, con la arcilla de París, la única que se le resiste, y el músculo de Rafa Nadal, el número uno del mundo actual y que, cuando recobre el aliento, volverá a mantener un intenso pulso con el suizo.