Para bien o para mal, Nashville ha sido renovada. No se atrevió a marcharse del todo y se ha colado por la puerta pequeña de la tele por cable para agonizar un año más o resurgir de sus cenizas. La serie ambientada en el mundo de la industria discográfica country de los Estados Unidos llegó a ser cancelada por la cadena que la emitía (la ABC) tras finalizar su cuarta temporada antes del verano, pero ha sido la CMT (Country Music Television, especializada en este género musical y dependiente de la MTV) quien la ha rescatado para hacer nuevos capítulos. La quinta temporada de Nashville arrancará el 5 de enero de 2017 en Estados Unidos en un episodio especial de dos horas y será ofrecida en streaming por la plataforma Hulu. Por mucha alegría que puedan dar al fan incondicional estos 22 nuevos episodios, no hay que olvidar que la cuarta temporada ha sido la peor de la serie, con momentos de esos que te dejan pensado aquello de "tu antes molabas". Pero aunque este año ha dejado atrás sus mejores tiempos, lo cierto es que Nashville ayudó a consolidar un género en la televisión del que los productores huían por sus disparatados presupuestos como es el musical en la televisión.

La serie es una creación de Callie Khouri, guionista de un icono del cine de los 90 como es Thelma y Louise, donde también se nos cuenta la relación entre dos mujeres. En Nashville, el dúo protagonista son dos cantantes de country: la veterana artista Rayna James (interpretada por Connie Britton) y la nueva estrella Juliette Barnes (Hayden Panettiere). Ambas tienen personalidades totalmente diferentes y se ven condenadas a soportarse y a unir esfuerzos al enfrentarse a una crisis en sus respectivas carreras. "Siempre te he admirado mucho. Eras la cantante favorita de mi madre", es el dardo envenenado que le lanza Juliette a Rayna cuando las presentan. Rayna es de clase alta y de vida familiar. Juliette ha llegado al estrellato ascendiendo desde lo más bajo y se comporta como una diva, cambiando de pareja con la misma naturalidad con la que cambia de bolso. Junto a ellas, hay un amplio repertorio de personajes secundarios, en su mayoría jóvenes cantantes que aspiran a abrirse paso en el mundo de la música. Los enfrentamientos entre las divas, los amores y desamores del reparto, el duro precio de la fama, donde un tweet inoportuno puede desatar la mayor de la crisis, y una buena dosis de contry es la mezcla que nos ofrece Nashville. Vivencias que los protagonistas trasladan a las letras de su música, por lo que, para quien no domine el inglés, es imprescindible ver subtituladas las canciones para pillar todos los detalles del argumento. Los personajes ya cuentan con su propia lista éxitos en el repertorio musical de la serie y a lo largo de los episodios vemos cómo las revisitan y hasta hacen nuevas versiones de ellas. Nashville no es sólo un culebrón, nos habla de las musas, del funcionamiento de las discográficas, de los artistas que se venden y los que intentan permanecer fieles a su esencia. La banda sonora tiene tanta calidad que ya hay hasta diez discos editados recopilando las canciones de la serie.

Pero, decíamos, todas estas cosas han quedado un poco atrás. Toda la trama ha degenerado bastante en la cuarta temporada. Un bajón en los guiones que se ha visto acompañado por los problemas de salud de Hayden Panettierre, que ha llegado a estar ingresada en un centro a causa de una grave depresión postparto y ausente del rodaje durante meses. Da la sensación de que realidad y ficción se han mezclado en el argumento mostrando en pantalla a Juliette en sus horas más bajas. Los guionistas han tenido que ir improvisando sobre la marcha por circunstancias de las que nadie tiene la culpa y ante las que sólo cabe desear la mejor de las recuperaciones para la actriz. Ni siquiera una de las bodas más esperadas de la serie ha podido hacer que enderece del todo el rumbo. Pero, sin duda, lo peor de la temporada ha sido el meterse en ese pantanoso charco de los hijos adolescentes. Las dos hijas de Rayna siempre han sido cargantes, pero este año han dejado de ser esas secundarias a las que ponías cara mona cuando salían a cantar una canción ante la familia. En la tercera temporada, este lobo empezó a asomar la patita, pero este año pasado se ha desatado sin ningún tipo de control. Una de las hijas se ha hecho mayor y quiere lanzarse a los escenarios en contra de sus padres, mientras que la otra se niega a abandonar la infancia, dando esos momentos de vergüenza ajena que tienen muchas series cuando intentan hablar de conflictos generacionales.

Nashville pudo dejar casi todas sus tramas cerradas al final de la temporada, quizá sabiendo que la cancelación estaba cercana. Pero, y atención que vienen spoilers, así que si no has visto la cuarta temporada puedes saltar al siguienhte párrafo, terminó con un cliffhanger en el que el destino de una de sus protagonistas estaba en el aire. Pero no hay nada que temer, Hayden Panettiere aparece en el reparto de la quinta temporada, esperemos que ya recuperada de sus problemas de salud.

Sin embargo, de quien no vamos a poder disfrutar toda la temporada es de Connie Britton. La actriz y protagonista de la serie se reorganizó toda la agenda tras la cancelación de Nashville en ABC, sin saber que otra cadena la iba a rescatar. Otro canal, además, de alcance más limitado por lo que, para Britton, la serie no era una de sus prioridades profesionales para el próximo año. La actriz sólo se ha comprometido a aparecer en diez de los veintidós episodios de la nueva temporada.

Pero no hay que darlo todo por perdido. El vídeo que acompaña este texto corresponde a uno de los momentos culminantes de la segunda temporada, cuando Juliette Barnes sale cantando "Don't put dirt on my grave" (No echéis tierra sobre mi tumba) y dando en los morros con la canción a su productor. En la escena en cuestión, muchos la daban por acabada pero ella avisaba de que tenían a Juliette para rato. Aquella canción, que ha sido reinterpretada después en otros episodios, puede ser una premonición de un resurgir de Nashvillle. No todo pinta tan mal para la quinta temporada y se están haciendo esfuerzos para corregir errores y traer aire fresco. Callie Khouri ha fichado para los nuevos guiones a un nuevo equipo estrella, dos de los creadores de otra serie mítica de los 90, Treintaytantos, Marshall Herskovitz y Ed Zick. También se han anunciado otras incorporaciones al reparto, como es el de la actriz transgénero Jen Richards y el de la cantante Rhiannon Giddens. Y a todo esto no hay que olvidar que es precisamente en la television por cable y no en las cadenas en abierto, donde mejores series se están haciendo. Por lo que quizá nos podremos encontrar mayor libertad creativa y menos dosis de moralina. Así que puede que aún sea pronto para echar tierra sobre la tumba de Nashville. La respuesta, en enero.